Revisión: Pío de Luis, OSA
Fecha: Posterior al 395.
Tema: El matrimonio de una joven.
Yo, Agustín, y los hermanos que están conmigo, saludamos en el Señor a Biennacido, señor beatísimo, hermano venerable y deseable y colega en el sacerdocio y a los hermanos que están contigo.
La muchacha sobre la que me ha escrito tu Santidad no tiene actualmente intención de casarse con nadie, aunque fuese ya madura de edad. Pero es tan joven, que, aunque tuviese intención de hacerlo, yo no la podría dar ni prometer a nadie. Además, Dios la protege en la Iglesia de modo que ha de protegerla contra los malos. No está aquí recogida para que yo la entregue a quien quisiere, sino para que no pueda llevársela quien no conviene, ¡oh Biennacido, señor amadísimo y venerable hermano! La propuesta que te has dignado insinuarme no me desagrada, si la muchacha hubiese de casarse. No sé si se casará, aunque más deseo lo que ahora me dice. Dice ella que quiere ser monja. Pero eso, a sus años, es broma y parlería más bien que promesa y profesión. Además, tiene una tía materna. Con el marido de ésta, nuestro hermano Félix, varón honorable, he tenido que consultar, pues no podía ni debía proceder de otro modo. El no sólo accede a la fuerza, sino que se ha congratulado con esto. Pero se lamentó no sin razón, por derecho de amistad, porque no se le escribió sobre el asunto. Quizá aparecerá también la madre, aunque ahora no aparece; a mi juicio, la naturaleza antepone la voluntad de esa madre, para entregar a su hija, a todas las otras voluntades. A no ser que la muchacha esté ya en edad de elegir con más libre derecho lo que quiera. Piense también tu Sinceridad que, aunque yo tuviese poderes absolutos y totales para casarla, y aunque ella, una vez crecida y decidida a casarse, me encargase casarla con quien yo quisiere, sin otro juez que Dios, digo, y digo verdad: tu propuesta me ha agradado, pero no podría rechazar un partido mejor, por estar Dios de juez. Ahora, es incierto si ella llegará a eso. Y ya ve tu caridad cuántos considerandos hay que presentar, de modo que actualmente no puedo prometerla a ningún pretendiente.