Tema: Problemas gnoseológicos.
Nebridio a Agustín
¿Una finca en Cartago?: Año 388/391.
1. Me encanta conservar tus cartas como si fueran mis propios ojos. Porque son grandes, no por su longitud, sino por lo tratado, porque contienen grandes pruebas de grandes problemas. Ellas me traerán resonancias de Cristo, de Platón y de Plotino. Serán, pues, para mi oído, dulces por su elocuencia, fáciles de leer por su brevedad y saludables de entender por su sabiduría. Te cuidarás, pues, de instruirme en todo lo santo y bueno que te viniere a las mientes. Me contestarás a esta carta cuando estudies con mayor rigor algo sobre la fantasía y la memoria. Porque yo opino que, aunque no toda imagen se dé con la memoria, no puede darse memoria alguna sin imagen. Pero dirás: ¿Y qué ocurre cuando recordamos que hemos entendido, o pensado algo? A esa objeción respondo yo y digo que eso ocurre porque, cuando entendimos o pensamos algo corpóreo y temporal, engendramos algo, y eso pertenece a la fantasía. Porque, o bien hemos unido palabras al entendimiento y al pensamiento, y tales palabras son temporales y pertenecen al sentido y a la fantasía, o bien nuestro entendimiento y pensamiento ha padecido algo que pudiera dejar huella en la imaginación del alma; he dicho esto de un modo inconsiderado y atolondrado, como suelo. Tú lo examinarás y, desechando lo falso, me transmitirás en tu escrito la verdad.
2. Escucha otra cosa. ¿Por qué, dime, no afirmamos que la imaginación produce por sí misma todas las imágenes sin recibirlas del sentido? Puede ocurrir que, al modo como nuestra alma intelectual es amonestada por el sentido para que vea sus inteligibles, sin recibir nada de fuera, así también el alma imaginativa es amonestada por el sentido para que contemple sus imágenes sin recibir nada de fuera. Quizá por eso acontece que la imaginación pueda ver cosas que el sentido no percibe. Eso es señal de que contiene en sí y de por sí todas las imágenes. También sobre este punto me dirás lo que opinas.