SALMO 149

Traductor: Balbino Martín Pérez, OSA

[Cantando a Dios y a su pueblo, ejecutor de sus designios]

SERMÓN AL PUEBLO

1 [v.1]. Alabemos al Señor con la palabra, la mente y las buenas obras; y le cantemos, conforme nos exhorta este salmo, un cántico nuevo. Pues así comienza: Cantad al Señor un cántico nuevo. El hombre viejo canta cántico viejo; el nuevo, cántico nuevo. El Viejo Testamento canta cántico viejo; el Nuevo, cántico nuevo. En el Viejo Testamento se hallan las promesas temporales y terrenas. Todo el que ama las cosas terrenas, canta cántico viejo. El que quiera cantar cántico nuevo, ame las cosas eternas. El mismo amor es nuevo y eterno; es siempre nuevo, porque jamás envejece. Pero, si atentamente lo consideras, esto es antiguo. ¿Cómo es nuevo? ¿Por ventura, hermanos míos, se constituyó ahora la vida eterna? Cristo es la Vida eterna, y en cuanto a la divinidad, no nació ahora, porque en el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios, Este existía en el principio en Dios. Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin Él nada fue hecho1. Si las cosas que por Él fueron hechas son viejas, ¿cuánto no lo será Aquel por el cual fueron hechas? Él es eterno y coeterno al Padre. Nosotros, al caer en el pecado, llegamos a la vejez. Voz nuestra es aquella del salmo en el que se dice gimiendo: Envejecí en medio de todos mis enemigos2. El hombre envejeció por el pecado, pero se renovó por la gracia. Todos los que se renuevan en Cristo con el fin de comenzar a pertenecer a la vida eterna, cantan el cántico nuevo.

2. Este cántico es cántico de paz, es cántico de caridad. Todo el que se aparta de la congregación de los santos, no canta cántico nuevo, pues sigue las huellas de la vieja enemistad, no las de la nueva caridad. ¿Qué hay en la nueva caridad? La paz, el vínculo de la santa hermandad, la trabazón espiritual, el edificio construido de piedras vivas. ¿En dónde está éste? En todo el orbe terráqueo, no en un determinado lugar. Oye esto de otro salmo que dice así: Cantad al Señor un cántico nuevo; cantad al Señor toda la tierra3. De aquí se deduce que quien no canta con toda la tierra, canta el cántico viejo por más que salgan de su boca cualesquiera palabras. ¿A qué atiendo a lo que suena, cuando veo lo que piensa? Pero tú me dirás: "¿Ves lo que piensa?" Lo demuestran los hechos. Ciertamente que el ojo no penetra en la conciencia. Pero veo lo que hace, y por esto entiendo en lo que piensa. Si alguno, por ejemplo, sorprendiese a un hombre en hurto, en homicidio, en adulterio, no ve ciertamente los pensamientos de su corazón, pero tiene delante los hechos. Hay ciertas cosas que permanecen ocultas en el corazón, pero hay otras muchas que se manifiestan en las obras y se hacen patentes también a los hombres. Pues bien, cuando hay algunos que se apartan de la trabazón de la caridad y de la sociedad de la santa Iglesia siendo malos dentro de sí, únicamente lo conoce Dios; pero, al presentarse la tentación y separarlos, ésta hace patente a los hombres lo que sólo Dios conocía. Los frutos únicamente se muestran en las obras; por esto se dijo: Por los frutos los conoceréis4. Hablaba el Señor de ciertos individuos que se visten con pieles de ovejas, e interiormente son lobos rapaces; y para que no sucediese que la debilidad humana fuese incapaz de conocer al lobo vestido con la piel de la oveja, dijo: Por sus frutos los conoceréis. Buscamos el fruto de la caridad, y encontramos las espinas de la disensión. Por sus frutos los conoceréis. Luego su cántico es viejo. Nosotros cantemos el cántico nuevo. Ya dije, hermanos, que toda la tierra canta cántico nuevo. El que con toda la tierra no canta cántico nuevo, cante lo que quiera, profiera la lengua el Aleluya, cante todo el día, cante toda la noche; con todo, no me arrastrará demasiado el oído la voz del que canta, pues atiendo a las costumbres del que obra. Le pregunto y le digo: "¿Qué es lo que cantas?" Me responde: Aleluya. ¿Qué significa aleluya? Alabad al Señor. Pues ven, alabemos a una al Señor. ¿Por qué discordamos? La caridad alaba al Señor, la discordia le ultraja.

3. ¿Queréis saber ya en dónde debéis cantar el cántico nuevo? Ved en dónde y cómo tengan lugar las cosas que ha de decir el salmo. Ved si se llevan a cabo en todas las naciones o en una parte determinada del orbe, y por esto entenderéis perfectísimamente a quién pertenezca el cántico nuevo. Ya se declaró lo que conmemoré de otro salmo: Cantad al Señor un cántico nuevo; pues bien, para manifestar que en el cántico nuevo hay fruto de caridad y de unidad, añadió aquel salmo 95: Y cantad al Señor toda la tierra. Nadie se aparte, nadie se separe; eres trigo, soporta la paja hasta la bielda. ¿Quieres salir de la era? Dado caso que seas trigo fuera de la era, te encontrarán las aves y te comerán5. Añade a esto que, por lo mismo que te alejas y vuelas, demuestras que eres paja, ya que por ser tenue vino el viento y te arrebató de debajo de los pies de los bueyes. Quienes son trigo soportan el trillo; se alegran, y porque son granos gimen entre la paja, esperan al bieldador, a quien conocen por Redentor. Cantad al Señor un cántico nuevo; su alabanza en la Iglesia de los santos. La Iglesia de los santos es la Iglesia de trigo difundido por todo el orbe terráqueo, sembrado en el campo del Señor, el cual es este mundo, según lo expuso el mismo Señor cuando, al hablar del sembrador, dijo que un hombre sembró buena semilla en su campo, y que, viniendo el enemigo, sembró encima cizaña; entonces le dijeron sus servidores: "¿No sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?" Y él les respondió: "El enemigo hombre hizo esto." Queriendo ellos arrancar la cizaña, se lo impidió, diciendo: Dejadla crecer junto con el trigo hasta la siega. En este tiempo diré a mis segadores: "Recoged primero la cizaña y atadla en haces para echarla al fuego, y colocad mi trigo en el granero." Más tarde le dijeron sus discípulos: Explícanos la parábola de la cizaña. El Señor expone todas estas cosas para que ningún hombre exponga a su capricho lo que allí hubiere entendido, sino conforme a lo expuesto por el Maestro celestial. Nadie diga: "Lo expuso como quiso." Si el Señor expusiera las parábolas de los profetas, siendo así que Él hablaba por ellos lo que ellos mismo decían, ¿quién se atrevería a decir que no debería explicarlas así? ¿Cuánto menos se atreverá a contradecir alguno la verdad patente cuando Él explicó lo que Él mismo dijo? Al exponer el Señor esta parábola, dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre, demostrándose a sí mismo. La buena semilla son los hijos del reino, es decir, la Iglesia de los santos. La cizaña son los hijos del malo, y el campo, el mundo6. Ved, hermanos, cómo se sembró tanto la buena semilla como la cizaña por todo el mundo. ¿Por ventura se sembró en parte de él el trigo y en parte la cizaña? Por todo el mundo se sembró el trigo y por todo él la cizaña. El campo del Señor es el mundo, no África. No es el campo del Señor el de esta tierra, pues Getulia produce un sesenta o un ciento por uno, y Numidia un diez por uno. El del Señor produce fruto en todas partes del ciento, del sesenta y del treinta por uno. Tú ve cuál quieres ser si piensas pertenecer al fruto del Señor. Luego la Iglesia de los santos es la Católica. La Iglesia de los santos no es la de los herejes. La Iglesia de los santos es aquella que predijo Dios antes que apareciese, pues la presentó para que se conociera. La Iglesia de los santos se hallaba antes en los códices, pero ahora se encuentra entre las gentes. La Iglesia de los santos antes sólo se leía, ahora se lee y se ve. ¡Cuando sólo se leía, se creía, y cuando ya se ve, se impugna! Su alabanza se halla en la Iglesia de los santos.

4 [v.2]. Alégrese Israel en su Hacedor. ¿Qué quiere decir Israel? El que ve a Dios. Esto significa Israel. El que ve a Dios se alegre en Aquel por quien fue hecho. Pero, hermanos: ¿acaso porque dije que nosotros pertenecemos a la Iglesia de los santos ya vemos a Dios? Entonces, ¿cómo somos Israel si no vemos a Dios? Hay una visión adecuada a este tiempo y habrá otra al venidero. La visión actual se da por medio de la fe; la futura, por la realidad. Ahora, si creemos, vemos; si amamos, vemos. ¿Qué vemos? A Dios. ¿En dónde está Dios? Pregunta a San Juan. Dios es caridad7. Bendigamos su santo nombre; y nos gozaremos en Dios si nos gozamos en la caridad. ¿A qué enviamos lejos, para ver a Dios, al que tiene caridad? Dirija la mirada a su conciencia, y allí verá a Dios. Si no tiene caridad, Dios no mora allí; si mora en él la caridad, también habita Dios en él. Quiere quizá verle sentado en el cielo; tenga caridad, y en él habitará como en el cielo. Luego seamos Israel y nos alegremos en nuestro Hacedor. Alégrese Israel en su Hacedor. Se alegre en su Hacedor, no en Arrio, no en Donato, no en Ceciliano, no en Proculiano, no en Agustín. Se alegre en su Hacedor. Yo, hermanos, no me recomiendo a vosotros, sino que os recomiendo a Dios, porque os encomiendo a Él. ¿Para qué os recomiendo a Dios? Para que le améis por vuestro bien, no por el bien suyo; porque, si no le amáis, para vuestro mal no le amáis, no para mal suyo. Dios no disminuirá en su divinidad porque el hombre no le ame. Tú creces por Dios; Él no crece por ti; y, sin embargo, de tal modo nos amó antes de amarle nosotros8, que envió a su único Hijo a morir por nosotros9. El que nos hizo, se hizo entre nosotros. ¿Cómo nos hizo? Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin El nada fue hecho. ¿Cómo se hizo entre nosotros? Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros10. Luego Él es en quien debemos alegrarnos, de El procede la alegría que nos hace bienaventurados. Se alegre Israel en su Hacedor.

5. Y los hijos de Sión se alborocen en su Rey. Israel son los hijos de la Iglesia. Como Sión fue una ciudad ya destruida, en sus ruinas habitan temporalmente los santos; pero la verdadera Sión y la verdadera Jerusalén, porque Sión es Jerusalén, se halla en los cielos, la cual es nuestra madre11. Ella nos engendró, ella es la Iglesia de los santos, ella nos alimentó; en parte peregrina y en mayor parte radica en los cielos. La parte que se halla en el cielo la constituyen los bienaventurados ángeles, y la parte que peregrina en el mundo, los santos esperanzados. De la primera se dijo: Gloria a Dios en las alturas; de la segunda: y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad12. Los que gimen en esta vida y anhelan aquella patria, corran con amor, no con los pies corporales; no busquen naves, sino alas; tomen las dos alas de la caridad. ¿Cuáles son estas dos alas? El amor de Dios y del prójimo. Peregrinamos, suspiramos, gemimos; pero nos llegaron cartas de nuestra patria; os las leemos.

6. Alégrese Israel en su Hacedor y los hijos de Sión se alborocen en su Rey. Lo mismo es en su Hacedor que en su Rey. También Israel es lo mismo que los hijos de Sión. El Hijo de Dios, que nos hizo, fue hecho entre nosotros y nos rige siendo nuestro Rey, porque nos hizo siendo nuestro Creador. El que nos hizo es el mismo que nos gobierna; de aquí que somos cristianos, porque Él es Cristo. Cristo se deriva de "crisma", es decir, de "unción". Antiguamente se ungía a los reyes13 y a los sacerdotes14. Él fue ungido rey y sacerdote. Como rey luchó por nosotros; como sacerdote se ofreció por nosotros. Cuando luchó por nosotros apareció como vencido, pero venció. Fue crucificado, y desde su cruz, en la cual fue elevado, mató al diablo; de aquí que es nuestro Rey. ¿Cómo es sacerdote? Porque se ofreció por nosotros. Dad al sacerdote lo que debe ofrecer. ¿Qué encontrará el hombre que pueda entregar como víctima pura? ¿Qué víctima hallará? ¿Qué cosa pura podrá el pecador presentar? ¡Oh inicuo, oh impío! Inmundo es cuanto aportes, y, no obstante, ha de ofrecerse por ti algo puro. Busca en ti lo que debes ofrecer; no lo hallarás. Busca entre tus bienes lo que debes inmolar: no le agradan carneros, ni machos cabríos, ni toros. De Él es todo esto aunque tú no se lo ofrezcas. Ofrécele sacrificio puro. Pero eres pecador, eres impío, tienes la conciencia manchada. Podrás quizá ofrecerle algo puro si estás purificado; mas para estarlo se debe ofrecer algo por ti. ¿Qué has de ofrecer tú por ti para que te purifiques? Si eres puro, podrás ofrecer lo que es puro. Luego se ofrezca a sí mismo el sacerdote puro y purifique. Pues bien, esto es lo que hizo Cristo. No encontró nada puro en los hombres que pudiera ofrecer por los hombres; entonces se ofreció El mismo, víctima purísima. ¡Oh feliz víctima, víctima verdadera, víctima inmaculada! Luego no ofreció lo que nosotros le dimos. ¿Qué digo? Ofreció lo que tomó de nosotros y lo ofreció puro. Tomó de nosotros la carne y la ofreció. ¡Pero de dónde la tomó? Del vientre de la Virgen María para ofrecerla pura por los impuros. Él es Rey, es Sacerdote; nos alborocemos en Él.

7 [v.3]. Alaben su nombre en coro. ¿Qué es un coro? Muchos saben lo que es; precisamente, como hablo en la ciudad, sin duda, casi todos lo saben. Coro es un grupo de cantores que cantan a una. Si cantamos en coro, cantemos armónicamente. Todo el que discrepa con la voz en el coro de cantores, ofende al oído y perturba el coro. Si la voz del que canta, desafinando, perturba el cántico armónico, ¿cómo no perturbará la herejía disonante la armonía de quienes alaban? El coro de Cristo ya lo constituye todo el mundo. El coro de Cristo resuena desde el oriente hasta el occidente. Pues otro salmo dice: Desde el nacimiento del sol hasta el ocaso, alabad el nombre del Señor15. Alaben su nombre en coro.

8. Con tímpano y salterio le salmeen. ¿Por qué echa mano del tímpano y del salterio? Para que no alabe sólo la voz, sino también la obra. Cuando se toman el salterio y el tímpano, las manos acompañan a la voz. Esto te sucederá si, cuando cantas el aleluya, alargas el pan al hambriento, vistes al desnudo y recibes al peregrino, pues entonces no sólo sonará la voz, sino que la acompañarán las manos, porque las obras concuerdan con las voces. Tomaste el instrumento músico, y los dedos acompañan a la lengua. Tampoco ha de callarse el misterio que encierran el salterio y el tímpano. En el tímpano o tambor se extiende el cuero y en el salterio se tienden las cuerdas; en ambos instrumentos se crucifica, pues, la carne. ¡Qué bien salmeaba con el salterio y el tímpano el que decía: El mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo!16 Quiere que tomes el salterio junto con el timbal el que ama el cántico nuevo, el que te enseña cuando dice: El que quiera ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame17. No abandone su salterio, no abandone su tímpano o tambor; se extienda en el leño y se seque en cuanto a la concupiscencia de la carne, pues cuanto más se estiran los nervios, tanto más agudamente suenan. Para que el salterio del apóstol San Pablo sonase agudamente, ¿qué dijo? Olvidándome de lo de atrás y extendiéndome a lo de adelante, sigo corriendo hacia la meta de la suprema vocación18. Él se extendió; le tocó Cristo, y resonó la dulzura de la verdad. Con el tímpano y el salterio le salmeen.

9 [v.4]. Porque el Señor benefició a su pueblo. ¿Qué mayor beneficio que morir por los impíos? ¿Qué mayor beneficio pudo hacer que borrar con la sangre del Justo el decreto de condenación del pecador? ¿Qué mayor beneficio que decir: "No me interesa lo que fuisteis; sed lo que no fuisteis?" El Señor benefició a su pueblo perdonándole los pecados y prometiéndole la vida eterna. Hace un bien convirtiendo al apartado, ayudando al combatiente, coronando al vencedor. El Señor benefició a su pueblo. Y exaltará a los mansos para salud. También los soberbios son ensalzados, pero no para salud. Los mansos lo son para salud; los soberbios, para muerte; es decir, los soberbios se ensalzan a sí mismos, pero el Señor los humilla; los mansos, por el contrario, se humillan a sí mismos, mas Dios los ensalza. Y ensalzará a los mansos para salud.

10 [v.5-6]. Y se regocijarán los santos en la gloria. Os quiero decir algo. Oíd atentamente acerca de la gloria de los santos. Nadie hay que no ame la gloria. Pero la gloria de los necios, la que se llama popular o mundana, lleva consigo el atractivo del engaño; de suerte que, conmovido un individuo ante las alabanzas de los hombres vanos, quiere vivir de tal modo, que se hable de él de cualquier forma y por cualquier clase de hombres. De aquí que, hechos los hombres insensatos e inflados con la vanidad, vacíos dentro e hinchados fuera, se animan a perder sus bienes, dándoselos a los cómicos, a los comediantes, a los gladiadores, a los aurigas. ¡Cuántos bienes donan, cuántos bienes gastan! Derrochan sus haberes, no tanto los patrimoniales como los espirituales. Estos desprecian al pobre, porque el populacho no grita que reciba el pobre; sin embargo, el populacho grita que reciba el gladiador. Estos, pues, cuando no se grita por los pobres, no quieren dar; y, cuando se grita por los insensatos, se enloquecen, y de este modo se hacen todos insensatos: el gladiador, el espectador y el que da. El Señor vitupera esta gloria loca; se reprueba ante la presencia del Omnipotente. Con todo, hermanos míos, Cristo, aduciendo la semejanza de este hecho, de tal suerte reprocha a los suyos, que les dice: "No recibí de vosotros tanto cuanto recibieron los gladiadores, a pesar de que para recompensarles les disteis de lo mío; mas yo estaba desnudo, y no me vestisteis." Ellos le dirán: ¿Cuándo te vimos desnudo y no te vestimos? Y Él les contestará: Cuando no hicisteis esto con mis pequeñuelos, no lo hicisteis conmigo19. Tú quieres vestir al que te agrada. ¿En quién te desagrada Cristo? ¿Quieres vestir al gladiador, por el que quizá, vencido, te avergüences? Cristo jamás es vencido; vence al diablo; y le vence por ti, para ti y en ti. ¿No quieres vestir a tal vencedor? ¿Por qué? Porque apenas se grita, apenas se vuelven locos por Él. Por esto, los que se deleitan en tal gloria no tienen nada en su conciencia. Así como dejan vacías las arcas para entregar los vestidos, así dejan exhausta la conciencia, de suerte que en ella no hay nada que valga.

11. No es necesario que diga cómo se regocijen los santos que se regocijan en la gloria. Oíd el versillo siguiente del salmo: Se regocijarán los santos en la gloria; se alegrarán en sus moradas. No en los teatros o anfiteatros, no en los circos, en las frivolidades, en el foro, sino en sus moradas. ¿Qué significa en sus moradas? En sus corazones. Oye al apóstol San Pablo regocijarse en su morada: Nuestra gloria consiste en el testimonio de nuestra conciencia20. Por otra parte, ha de temerse que alguno se complazca en sí mismo, y, como envanecido de su conciencia, se gloríe. Por eso cada uno debe regocijarse con temor21, puesto que se debe al don de Dios, no a su merecimiento, regocijarse. Efectivamente hay muchos que se agradan a sí mismos y que se tienen por justos. A éstos les sale al encuentro otro pasaje de la Escritura, diciendo: ¿Quién se gloriará de tener puro el corazón o quién se gloriará de estar limpio de pecado?22 Existe cierta norma para gloriarse de la conciencia. Consiste en que conozcas que tu fe es sincera; tu esperanza, cierta, y tu caridad, sin ficción. Pero, como todavía hay muchas cosas que quizá pueden ofender a los ojos de Dios, alaba a Dios, que te dio estas cosas, y entonces perfeccionarás lo que te dio. Por eso, después de haber dicho: Se regocijarán en sus moradas, para que no pensasen algunos que se agradaban a sí mismos, añadió a seguida: Los regocijos de Dios (están) en su boca. De tal modo se regocijan en sus moradas, que no se atribuyen a sí el ser buenos, sino que alaban a Aquel de quien recibieron lo que son; a Aquel por quien son llamados para que consigan lo que todavía no son y de quien esperan la perfección, al cual dan gracias porque incoó (esta perfección). Los regocijos de Dios (están) en su boca. Ved ya, pues, a los santos; ved su gloria por todo el mundo; ved, en fin, que los regocijos de Dios están en su boca.

12. Y espada de dos filos en sus manos. Se llama espada de dos filos a lo que el vulgo llama estoque. Hay espadas de un solo filo; éstas son los sables. Pero la espada de dos filos es también la lanza, es el estoque. Esta clase de armas que por ambas partes tienen filo encierran un gran misterio. Esta espada de dos filos se halla en sus manos. La palabra del Señor es espada de dos filos. Es una sola espada, pero al mismo tiempo son muchas espadas, porque muchas son las bocas y las lenguas de los santos. La palabra de Dios, dice San Pablo, es espada de dos filos23. ¿Cómo es espada de dos filos? Porque habla de cosas temporales y de eternas, y en ambos casos prueba lo que dice; y al que hiere le aparta del mundo. ¿Por ventura es esta espada de la que el Señor dice: No vine a traer paz, sino espada?24 Ve cómo vino a apartar, a separar. Aparta a los santos, aparta a los impíos, aleja de ti lo que te embaraza. El hijo quiere servir a Dios, no quiere el padre: vino la espada, vino la palabra de Dios, y separó al hijo del padre. La hija anhela amar a Dios, la madre no quiere: la espada separa a las dos. La nuera quiere servir a Dios, la suegra no quiere. En fin, se acerque la espada de dos filos y ofrezca la promesa de la vida presente y futura, el consuelo de las cosas temporales, y el gozo de las eternas: aquí tenéis la espada de dos filos prometiendo lo temporal y lo eterno. ¿En qué nos engañó? ¿Por ventura no se halla la Iglesia de Dios extendida por todo el mundo? Ved que así es. Antes se leía y no se veía; ahora, como se lee, se ve. Todo lo temporal que se nos prometió pertenece a un filo de la espada, y todo lo eterno al otro. Tienes, pues, la esperanza de las cosas futuras y el consuelo de las presentes; no te dejes seducir por aquel que quiere apartarte. Ya sea el padre, la madre, la suegra, la esposa y o el amigo el que desee apartarte, tú no te apartes, y te servirá de provecho la espada de dos filos. Ella te separa útilmente; tú te unes malamente. Luego el Señor vino trayendo la espada de dos filos: prometiendo las cosas eternas y cumpliendo las temporales. Por eso también hay dos Testamentos. ¿Qué simboliza también la espada de dos filos en sus manos? Los dos Testamentos. A ellos pertenece la espada de dos filos. El Viejo promete las cosas terrenas, y el Nuevo las eternas. En ambos la palabra de Dios se mostró veraz, como espada de dos filos. ¿Por qué en las manos y no en las lenguas, pues dice: y espada de dos filos en sus manos? Dijo en las manos como si hubiera dicho en poder. Luego recibieron la palabra de Dios en poderío para que en donde quisieran y a quienes quisieran hablasen sin temer a las potestades humanas, sin despreciar al desvalido. En sus manos, pues, tenían la espada con la cual preparaban, agitaban, conducían y herían, pues todo esto estaba en poder de los predicadores. Si no hubiera estado la palabra en su poder, ¿no diría quizá alguno: "Cómo la palabra es espada de dos filos y cómo se halla en la mano"? Si no hubiera estado la palabra en las manos, ¿por qué se escribió: Se hizo palabra del Señor en las manos de Ageo profeta?25 ¿Por ventura, hermanos míos, colocó Dios su palabra en las manos de Ageo? ¿Qué significa hizo palabra en sus manos? Que se le dio poder de predicar la palabra del Señor. En fin, también podemos entender estas manos de otro modo; a saber: los que hablaron tuvieron en la lengua la palabra del Señor, y los que escribieron la tuvieron en las manos. Y la espada de dos filos (se halla) en sus manos.

13 [v.7]. Ya veis, hermanos, armados a los santos; ved la carnicería, ved las gloriosas batallas. Si hay emperador, hay también soldados; si hay soldados, también hay enemigos; y, si hay guerra, hay también victoria. ¿Por qué pelean estos que tienen en sus manos espadas de dos filos? Vara vengar a las naciones. Ved si no se hizo venganza en las naciones. Todos los días tiene lugar esto; esto hago yo también hablando. Ved cómo son destruidas las gentes de Babilonia y se le da el duplo, pues así se escribió de esta Babilonia: Y se le dio el duplo, conforme a sus obras26. ¿Cómo se le da el duplo? Pelean los santos, manejan sus espadas de dos filos, y llevan a cabo la ruina, la muerte, la separación. ¿Cómo se le dio? Ella perseguía a los cristianos, mataba la carne, pero no abatía a Dios. Ahora ellos le devuelven el duplo, puesto que dan muerte a los paganos y quiebran los ídolos. "¿Cómo —dirás— mueren los paganos?" Haciéndose cristianos. Busco al pagano y no le encuentro; ya es cristiano. Luego murió el pagano. Si no se matasen, ¿cómo es que dijo a San Pedro: Mata y come?27 De aquí que Saulo fue matado en cuanto a perseguidor y fue levantado predicador. Busco a Saulo perseguidor y no le encuentro; fue matado. ¿Cómo? Con la espada de dos filos. Pero como fue matado en sí, en cuanto a lo que era, y fue vivificado en Cristo, por eso, lleno de confianza, dice: Vivo, pero ya no yo, sino que Cristo vive en mí28. Como a él le aconteció, así se obrará por él. En efecto, al ser hecho predicador, recibió también en sus manos la espada de dos filos para ejecutar venganza en las naciones. Mas para que no pienses que los hombres fueron heridos por la espada, de tal modo que derramaron sangre y recibieron heridas en la carne, prosigue el salmista y dice: Reprensiones en los pueblos. ¿Qué es reprensión? Corrección. Blandid la espada de dos filos, no cejéis; Dios os la entregó según vuestra capacidad. ¿Qué hombre eres que adoras los ídolos? Di a tu amigo, si aún queda alguno a quien le digas: "¿Qué hombre eres que abandonaste a Aquel por quien fuiste creado y adoras lo que tú hiciste? Mejor es el artífice que lo que fabrica el artífice." Te avergüenzas de adorar al artífice, ¿y no te avergüenzas de adorar a lo que hizo el artífice? Cuando comience a ruborizarse, cuando comience a compungirse, entonces heriste con la espada; llegó al corazón, y morirá para vivir. La espada de dos filos en sus manos, para vengar a las naciones y reprender a los pueblos.

14 [v.8]. Para aprisionar a sus reyes con grillos, y a sus nobles con esposas de hierro. A fin de que ejecuten con ellos el juicio decretado. Con facilidad expuse cómo con la espada de dos filos caen para levantarse, son separados para ser congregados, son heridos para sanar y se les da muerte para vivir. Pero ¿qué haré? ¿Cómo expondré: Para aprisionar a sus reyes con grillos? Los reyes de las gentes han de ser aprisionados con cadenas, y sus nobles con esposas, y además de hierro. Atended a fin de que entendáis lo que sabéis. Estos versillos que comencé a exponer son oscuros, pero lo que he de decir acerca de ellos no es cosa nueva; ya lo sabéis. Ahora no necesitáis aprender, sino solamente recordar. El Señor quiso presentar ciertos versillos oscuros, no con el fin de sacar algo nuevo de ellos, sino de innovar con una exposición oscura lo que ya era conocido. Sabemos que los reyes y los nobles gentiles se hicieron cristianos. Lo son hoy, lo fueron y lo serán, pues no decae la espada de dos filos de la mano de los santos. Pero ¿cómo entendemos que se hallan atados con grillos y esposas de hierro? Sabe vuestra caridad y erudición, puesto que habéis sido alimentados en la Iglesia y acostumbráis a oír la lección divina, que Dios escogió lo flaco del mundo para confundir lo fuerte; y lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y lo que no es, como si fuese, para destruir lo que es. Pues así dice el Apóstol: Ved, hermanos, vuestra vocación o llamamiento; no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; antes bien, Dios eligió lo necio y lo débil del mundo para confundir lo fuerte; y escogió también lo innoble y despreciable y lo que no es, como si fuese, para destruir lo que es29. Vino Cristo Dios para aprovechar a todos, pero eligió al Pescador para aprovechar al emperador, no al emperador para ser útil al Pescador; y así eligió a lo que se tenía por nada en el mundo. Y a éstos llenó de su Espíritu, les dio la espada de dos filos, les mandó predicar el Evangelio e ir por todo el mundo30. Bramó el mundo, se enfrentó el león con el cordero, y se vio que fue más fuerte el cordero que el león. El león fue vencido ensañándose, y el cordero venció padeciendo; se convirtieron los corazones de los hombres al temor de Cristo, y comenzaron a conmoverse los reyes y nobles por los milagros, a turbarse por el cumplimiento de las profecías, al ver al género humano acudir en tropel hacia un solo nombre. ¿Y qué hicieron? Muchos eligieron la bajeza o humildad, y, abandonando sus casas y distribuyendo sus haciendas a los pobres, se encaminaron a la perfección. Pues a un cierto imperfecto le dijo el Señor: Si quieres ser perfecto, vete, vende lo que tienes y dalo a los pobres; y ven y sígueme, y tendrás un tesoro en los cielos31. Muchos nobles hicieron esto; pero, por lo mismo, dejaron de ser nobles entre las gentes, pues eligieron la pobreza en el mundo y la nobleza en Cristo. Por el contrario, otros muchos retienen la nobleza, el poder regio, y, con todo, así son cristianos. Estos son los que se encuentran como atados con grillos y amarrados con esposas de hierro. ¿Y para qué esto? Para que, habiendo recibido los grillos de la sabiduría, los grillos de la palabra de Dios, no se encaminen a lo ilícito.

15. ¿Y por qué son amarrados con cadenas de hierro y no de oro? Son de hierro cuando temen; amen y serán de oro. Atienda vuestra caridad a lo que digo. Oísteis ha poco decir al apóstol San Juan: No hay temor en el amor, porque la caridad perfecta arroja fuera el temor, puesto que el temor tiene su castigo32. Este temor es la cadena de hierro; y, sin embargo, a no ser que el hombre comience a reverenciar a Dios por el temor, no llegará al amor. Pues el comienzo de la sabiduría es el temor de Dios33. Luego empieza con las cadenas de hierro y termina con el collar de oro. De la sabiduría se dijo que es collar de oro alrededor de tu cerviz34. No te pongas collar de oro a no ser que primeramente te hubieses amarrado con grillos de hierro. Comenzaste por el temor, acabarás en la sabiduría. ¡Cuántos hay que no quieren obrar mal porque temen las llamas del infierno, porque temen los tormentos! Aún no aman la justicia. Puesto que, si se les prometiese la impunidad y se les dijese: "Haced lo que queráis seguros, pues no se os castigará", darían rienda suelta a su sensualidad en cualquier iniquidad; y principalmente, hermanos míos, los reyes y los nobles, a quienes no se les dice fácilmente: "¿Qué hicisteis?" El hombre desvalido, aunque no tema a Dios, puesto que se halla desprovisto de poder, de influencia y de haberes, cuando comienza a ser turbado, para no verse arrastrado al suplicio, deja de obrar el mal por el temor del hombre, aunque no por el de Dios. Mas los poderosos del mundo, los reyes y los nobles, si no temen a Dios, ¿a quién han de temer? Pero se les predica, y son heridos con la espada de dos filos. Se les dice que hay un ser que pondrá a unos a la derecha y a otros a la izquierda, diciendo a los que estén a la izquierda: Id al fuego eterno, que está preparado para el diablo y sus ángeles35. Aún no aman la justicia, pero temen ya el castigo, y, al temer el castigo, ya tomaron los grillos y son adoctrinados en las cadenas de hierro. Se me acerca un hombre poderoso del mundo, le desagrada su esposa, o quizá deseó la belleza de otra, o apeteció a otra más rica, y, por lo mismo, quiere abandonar a la que tiene; pero, con todo, no lo hace. Oye al siervo de Dios, oye al profeta, oye al apóstol, y no pone por obra su pensamiento; oye decir a aquel en cuyas manos se encuentra la espada de dos filos: "No obres; no te es lícito esto; Dios no te permite repudiar a tu esposa a no ser por haber fornicado"36; oye esto, teme y no lo hace. El pie vacilante ya avanzaba hacia la ruina, pero fue contenido por los grillos; soporta cadenas de hierro y teme a Dios. Se le dice: "Si lo ejecutas, Dios te condenará; el juez está sobre todo; oye el gemido de tu mujer, ya que, si lo llevas a cabo, serás tenido por reo delante de él." Te halaga la concupiscencia, te aterra la pena. Te encaminabas derecho al consentimiento del depravado deseo si no te hubieran detenido las cadenas de hierro. Hay más todavía; si alguno dice: "Quiero contenerme; no quiero ya el uso de la mujer", no puedes hacerlo. Pues ¿qué acontece si tú quieres y ella no quiere? ¿Acaso por tu continencia debe ella hacerse deshonesta, ya que, si se une a otro varón viviendo tú, será adúltera? Dios no quiere recompensar tal daño con esta ganancia. Da el débito; y, si tú no lo exiges, dalo. Dios te computará por santificación perfecta si no exiges lo que te debe la esposa, pero da lo que a ella se le debe. Temes, pero no lo haces: se rompieron tus cadenas Oye cómo estás sujetado con cadenas de hierro: ¿Estás atado a mujer? No busques desatadura37. Es duro, es férreo. Cuando el Señor dijo esto: Lo que Dios unió, no lo separe el hombre, demostró que la atadura es de hierro. Por tanto, oíd, adolescentes, éstas son ataduras de hierro; no metáis los pies en ellas, pues al meterlos os encadenáis más fuertemente que con grillos. Tales grillos se os refuerzan por la mano del obispo. Pero ¿acaso los engrillados no se dirigen a la Iglesia y son soltados en ella? Ciertamente que vienen aquí los hombres queriendo desligarse de sus esposas; pero en esto se hallan ligados de manera irrompible. Nadie suelta estas cadenas. Lo que Dios unió, no lo separe el hombre. Entonces estas cadenas son duras. ¿Quién lo ignora? De esta dureza se quejaron los apóstoles, y dijeron: Si así es el asunto del hombre con la mujer, no conviene casarse. Si son cadenas de hierro, no conviene meter los pies en ellas. Pero el Señor les dice: No todos comprenden estas palabras; quien puede entenderlas, que las entienda38. ¿Estás atado a mujer? No busques desatadura, porque estás amarrado con cadenas de hierro. ¿Estás libre de mujer? No busques mujer39. No te amarres con cadenas de hierro.

16 [v.9]. A fin de que ejecuten con ellos el juicio decretado. Este es el juicio que hacen los santos por todas las naciones. ¿Por qué (está) decretado? Porque anteriormente fueron escritas todas estas cosas y ahora se cumplen. Ved que ahora se ponen en práctica; en otro tiempo se leían, pero no se llevaban a cabo. Esta es —así concluye el salmo— gloria de todos sus santos. Por todo el mundo, por todas las naciones, ejecutan esto los santos; así son glorificados, así ensalzan a Dios con su boca, así se alegran en sus lechos, así se regocijan en su gloria, así se alborozan en la salud, así cantan el cántico nuevo, así dicen aleluya (alabad al Señor) de corazón, de palabra y de obra. Amén.