SALMO 107

Traductor: P. Miguel Fuertes Lanero, OSA

Sermón al pueblo

Entre el 414 y 416 (Z.), o tal vez después del 415 (B.)

[Motivo por el que a este texto no se le llama "exposición" (Enarratio)]

1. No he creído oportuno exponer el salmo 107, puesto que lo dejé expuesto en los salmos 56 y 59, de cuyas últimas partes se compone éste, pues la última del 56 es la primeras de éste, y comprende hasta el versículo en que se dice: Y sobre toda la tierra tu gloria. Desde aquí hasta el final del 107 es la última parte del 59; así como la última parte del 134, desde el versículo los simulacros de los gentiles son plata y oro (v. 15), es la última del 113, lo mismo que el salmo 13 y el 52, con algunas variantes sin importancia, contienen los mismos conceptos desde el principio hasta el fin. Todas las cosas que se expresan en este salmo 107, algo distintas a las de los dos, de cuyas partes se compone, se entienden con suma facilidad. Por ejemplo, en el salmo 56 se dice: Cantaré y salmodiaré; despierta, gloria mía; y en éste se dice: Cantaré y salmodiaré en mi (para mi) gloria. Si allí se dice: Despierta, es justamente para que se cantasey se aclamase con salmos. Igualmente allí se dice: Porque ha sido engrandecida tu misericordia hasta los cielos, para expresar que se halla en los cielos; eso mismo quiso decir aquí al escribir sobre o hasta los cielos. Igualmente, en el salmo 59 me alegraré y dividiré Siquén, y aquí se dice: Me exaltaré y parcelaré Siquén. En lo cual se manifiesta que por la división simbólica de Siquén, se predijo lo que sucedió después de la exaltación del Señor, siendo aquella alegría debida a esta exaltación, es decir, que uno se alegra cuando es exaltado. Por lo cual se dice en otro salmo: Cambiaste mi luto en alegría; has rasgado mi saco y me has ceñido de alegría1. Asimismo se dice en el salmo 59: Efraím es la fuerza de mi cabeza; y aquí: Efraím es yelmo (el sostén) de mi cabeza. Es decir, sosteniendo y apoyando nos hace fuertes, fructificando en nosotros, ya que Efraím significa "fructificación". Esta acción de apoyo y acogida puede referirse a Cristo, cuando le acogemos, o a nosotros, cuando él, que es cabeza de la Iglesia, nos acoge. En fin, lo que allí se dice: A los que nos atribulan, y aquí: a nuestros enemigos, se refiere evidentemente a los mismos.

2. Este salmo nos recuerda que los títulos que nos propone como datos históricos, deben ser entendidos por nosotros de una manera profética, de acuerdo con la finalidad que se nos han propuesto los salmos. Pues, ¿qué hay más opuesto a la historia que lo expresado en el título del salmo 56, que dice: Para el fin, no corrompas; del mismo David, para la inscripción del título, cuando huía de la presencia de Saúl hacia la cueva; y en el título del salmo 59: Para el fin, para aquellos que serán mudados, para la inscripción del título, del mismo David, para instrucción, cuando incendió Mesopotamia, Siria y Siria de Sobal, e hizo volver a Joab, y mató a doce mil en el valle de las salinas? Pues, excepto lo que está escrito: Para la inscripción del título, del mismo David, y para el fin, las demás cosas son tan diversas en los dos salmos, que el primero pone de manifiesto la humillación de David, y el segundo su fortaleza; el primero la fuga, y el segundo las victorias. Y precisamente, de las últimas partes de estos dos salmos, cuyos títulos son tan diversos, se compone este salmo 107. Y este hecho significa que ambos salmos concurren hacia un fin unitario, no en lo referente a la historia, sino más bien a uno más sublime, el de la profecía, al unirse ambos finales formando un solo salmo, cuyo título: Cántico del salmo, del mismo David, es diferente de los otros dos, excepto la expresión que también aquí está escrita: del mismo David. Así como Dios, según lo expresa la Carta a los Hebreos, habló en los tiempos pasados muchas veces, y de muchas maneras a los patriarcas por los Profetas2; así también habló después por medio del que envió para que se cumplieran las palabras de los Profetas: Pues cuantas promesas ha hecho Dios, en Él se han cumplido3.