Sermón al pueblo
Hipona. Entre los años 493 y 494
1. [v.1]. Cantad al Señor un cántico nuevo. El hombre nuevo lo conoce, el viejo no lo conoce. El hombre viejo es la vida vieja; el nuevo es la vida nueva. La vida vieja nos viene de Adán; la nueva se forma en Cristo. En este salmo se le invita a todo el orbe de la tierra a que cante el cántico nuevo. Y en otro se dice más explícitamente: Cantad al Señor un cántico nuevo; Cantad al Señor toda la tierra1, para que entiendan los que se han separado de la comunión con toda la tierra, no pueden cantar el cántico nuevo, porque el cántico nuevo se canta en toda, no en parte de la tierra. Poned atención, y veréis cómo se dice esto aquí. Cuando se le dice a todo el orbe que cante el cántico nuevo, se entiende que la paz canta el cántico nuevo. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque el Señor ha hecho maravillas. ¿Qué maravillas? Hace poco se leía el Evangelio y oíamos las maravillas del Señor. Era llevado a enterrar un difunto, hijo único de una madre viuda. Compadecido el Señor, hizo detener a los que llevaban el féretro, y cuando lo bajaron y lo posaron, dijo el Señor: Joven, a ti te digo, levántate.Y el difunto se sentó y comenzó hablar, y Jesús se lo entregó a su madre2. He aquí las maravillas que hizo el Señor. Pero mayor maravilla es el haber resucitado de la muerte eterna a todo el orbe de la tierra, que haber resucitado al hijo único de una madre viuda. Cantad, pues, al Señor un cántico nuevo, porque el Señor ha hecho maravillas. ¿Qué maravillas? Escucha: Por él lo sanó su diestra y su santo brazo. ¿Cuál es el brazo santo del Señor? Nuestro Señor Jesucristo. Escucha a Isaías: ¿Quién ha creído lo que hemos oído, y el brazo del Señor a quién ha sido revelado?3 Luego su santo brazo y su diestra son la misma persona. Nuestro Señor Jesucristo, pues, es el brazo y la diestra de Dios. Por eso, lo ha sanado para él. No se dice solamente: Sanó el orbe de la tierra con su diestra; sino: La ha sanado para él. Muchos se sanan para sí mismos, no para él. Es cierto que muchos desean esta salud corporal, y de él la reciben; son sanados por él, pero se sanan para sí mismos. ¿En qué sentido? Porque una vez recibida la salud, se entregan a sus vicios. Por ejemplo, el que era casto estando enfermo, una vez sanado, se entrega al adulterio; los que no perjudicaban a nadie en su enfermedad, recuperas sus fuerzas, atacan y oprimen a los inocentes. Se han restablecido, pero no para Dios. ¿Quién es el que se restablece para él? El que se sana interiormente, y creyendo en él se transforma en un hombre nuevo, recibiendo, al fin, esta carne mortal, que languidece temporalmente, y al mismo tiempo reciba también la perfectísima salud. Recuperémonos, pues, para él, a fin de que, restaurados para él, creamos en su diestra, porque para él restauró su diestra y su santo brazo.
2. [v.2]. El señor ha dado a conocer su salvación. Su diestra, su brazo, su misma salvación es nuestro Señor Jesucristo, del que se dijo: Y verá toda carne la salvación de Dios4; y del cual dijo también el anciano Simeón, que tomó en brazos al Infante: Ahora, Señor, puedes dejar irse en paz a tu servidor, porque mis ojos han visto tu salvación5. El señor ha dado a conocer su salvación. ¿A quién la dio a conocer? ¿A una parte o al mundo entero? No a parte alguna. Que nadie se engañe, que nadie alucine, nadie diga: Miradlo, aquí está Cristo; vedlo allá6; el que dice: Miradlo, aquí está Cristo; miradlo allí, está mostrando partes. ¿A quién ha dado a conocer el Señor su salvación? Escucha lo que dice: El Señor ha revelado a las naciones su justicia. La diestra de Dios, el brazo de Dios, la salvación de Dios y la justicia de Dios, es el Señor, Salvador nuestro, Jesucristo.
3. [v.3]. Se acordó de su misericordia con Jacob, y de su fidelidad para con la casa de Israel. ¿Cuál es el significado de: se acordó de su misericordia y de su fidelidad? Que al prometer tuvo compasión, y porque prometió y mostró misericordia, ha llegado a la verdad y a la fidelidad: la misericordia adelantó la promesa, y la promesa se ha cumplido de verdad y con fidelidad. Se acordó de su misericordia con Jacob, y de su fidelidad para con la casa de Israel. ¿Y qué? ¿Ha sido sólo con Jacob, y sólo con la casa de Israel? La casa de los judíos y la descendencia de Abrahán, según la carne, suele llamarse casa de Israel, e Israel es Jacob. Jacob es hijo de Isaac, e Isaac hijo de Abrahán; luego Jacob fue nieto de Abrahán. Jacob tuvo doce hijos, y de los doce hijos de Jacob procede toda la estirpe de los judíos. ¿Acaso Cristo se les prometió únicamente a ellos? Si desentrañas bien quién es Israel, conocerás que Cristo fue prometido a Israel. Israel significa el que ve a Dios. Lo veremos cara a cara, si ahora lo vemos por la fe. Nuestra fe tiene sus ojos, y la verdad se manifiesta a la fe. Creamos en el que no vemos, y gozosos le veremos; deseémosle sin verle, y nos gozaremos viéndole. Luego también ahora somos un Israel que lo ve por la fe; y después seremos el Israel que lo contempla en la realidad, cara a cara, no como por un espejo y en figura7, sino como nos lo ha descrito por S. Juan: Carísimos, somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos: sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es8. Preparad vuestros corazones a esta visión; preparad vuestras almas a este gozo. Si Dios quisiera mostraros este sol, os aconsejaría que preparaseis los ojos de la carne; pero como se digna mostraros la hermosura de su Sabiduría, preparad los ojos del corazón. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios9. Se acordó de su misericordia con Jacob, y de su fidelidad para con la casa de Israel. ¿Quién es este Israel? Para que no pienses sólo en la nación judía, escucha lo que sigue en el salmo: Todos los confines de la tierra vieron la salvación de nuestro Dios. No se dijo: "Toda la tierra", sino, todos los confines de la tierra, como se suele decir, de un extremo al otroextremo. La unidad de Cristo es fortísima. ¡Que nadie la divida, nadie la destruya! Todo el mundo lo compró a un muy alto precio. Todos los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
4. [v.4]. Porque la han contemplado, regocijaos en el Señor toda la tierra. Ya sabéis qué es regocijarse. Alegraos y hablad. Si no podéis expresar hablando vuestra alegría, regocijaos. Vuestro regocijo dé a conocer el gozo que no puede darlo la palabra. Pero que no se quede mudo vuestro gozo; que no calle el corazón a su Dios; que no oculte sus dones. Si te hablas sólo a ti, te has sanado a ti mismo; si le hablas a él, su diestra te ha sanado. Háblale a quien te ha sanado. Los confines todos de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios. Alegraos con el Señor, toda la tierra; cantad, vitoread, tocad salmos.
5. [v.5]. Cantad salmos a nuestro Dios con la cítara. Con la cítara y el canto de los salmos. Cantad no sólo con la voz; añadidle las obras: no cantéis solamente, sino poned también en práctica. El que canta y practica, acompaña el salmo con la cítara y el salterio.
6. [v.6]. Fíjate cuántos diversos instrumentos se citan que son parecidos: Con clarines y al son de cornetas. ¿Qué quieren significar los clarines y las cornetas? Los clarines son trompetas de sonido agudo, que se construyen golpeando con el martillo el bronce. Si es golpeando, es entonces hiriendo, azotando. Seréis, pues, clarines construidos para alabanza de Dios, si sabéis aprovechar vuestras tribulaciones; los golpes producen un fruto que nos hace progresar espiritualmente. Una de estas trompetas era Job, cuando golpeado repentinamente con tantas desgracias y la pérdida de sus hijos, hecho trompeta y clarín por el golpeteo de tantas tribulaciones, sonando, dijo: El señor me lo dio, y el Señor me lo quitó; como al Señor le ha agradado, así ha sucedido. Bendito sea su nombre. ¡Cómo sonó! ¡Cuán dulce fue su sonido! Esta aguda trompeta aún es golpeada, pues se entregó para que su carne fuese herida; golpeada, comenzó a infectarse y a manar gusanos. Sustituida Eva, en la seducción, por su esposa, ya que ésta fue reservada por el diablo para servirle a él, no para consolar a su marido, le sugiere blasfemar, pero no le hizo caso. Adán obedeció a Eva en el paraíso10, pero la rechazó en el muladar. Pues Job yacía en el estercolero cuando manaba podredumbre por los gusanos que fluían de su carne. Mejor fue Job hecho podre en el estercolero, que Adán estando sano en el paraíso. Todavía existía aquella Eva, mas no aquel Adán. Hemos oído de qué modo fue martilleada esta trompeta: el diablo le hirió de pies a cabeza con gravísimas heridas, hasta el punto de que hirviendo gusanos, yacía en el estercolero. Hemos oído cómo fue majado y golpeado. Oigamos cómo suena; oigamos, si os place, cómo suena este clarín. Elegida Eva para este engaño y tentación, le responde: Has hablado como una mujer sin sentido. Si hemos recibido de la mano del Señor los bienes, ¿Por qué no recibiremos los males?11 ¡Oh sonido potente; oh sonido dulce! ¿A qué dormido no despertará este sonido? ¿Quién seguirá adormilado ante una tal confianza en Dios, sin lanzarse confiadamente y con valentía a luchar contra el diablo, no esperando la victoria de sus propias fuerzas, sino de aquel que lo está probando? Porque es él quien también golpea, ya que el martillo por sí mismo no puede. El profeta, manifestando la pena futura que tendrá que sufrir el diablo, dice: fue triturado el martillo de toda la tierra12. Y por el martillo de toda la tierra quería expresar el diablo. Con este martillo, puesto en manos de Dios, es decir, bajo su potestad, son machacados los bronces de las trompetas y clarines, para que hagan resonar las alabanzas de Dios. Fijaos cómo (me atrevo a decíroslo, hermanos míos) era también golpeado el Apóstol con este martillo; así dice: Para que, por la sublimidad de las revelaciones que he tenido, no me ensoberbezca, me han clavado una espina en la carne; un emisario de Satanás que me abofetee. He aquí cómo es golpeado; veamos cómo suena la trompeta: y por esto tres veces he rogado al Señor verme libre de él; y me ha contestado: "te basta con mi gracia; la fortaleza se perfecciona en la debilidad". Yo, dice el artífice, quiero perfeccionar la trompeta; y no la perfeccionaré sino con el martillo: La fortaleza se perfecciona en la debilidad. Y escucha ya lo bien que suena ese clarín: cuando me debilito, entonces soy fuerte13. También el mismo Apóstol, como Apóstol unido a Cristo, adherido a la diestra que maneja el martillo que construye la trompeta, al lado de aquella diestra, él mismo se hace martillo, diciendo de ciertos individuos: A los que entregué a Satanás, para que aprendan a no blasfemar14. Los entregó a ser forjados con el martillo. Antes de ser alargados sonaban mal; una vez forjados y hechos clarines, habiendo desaparecido la blasfemia, sonaron dulcemente las alabanzas del Señor. ¡Estos son los auténticos clarines!
7. ¿cuál es el sonido de la trompeta córnea o corneta? El cuerno está por encima de la carne. Al superarla es más duro, más rígido y perdurable, y capaz de emitir sonido. ¿De dónde le viene esto? Por ser superior a la carne. El que quiera ser una trompeta córnea, debe superar la carne. ¿Qué quiere esto decir? Estar sobre los afectos carnales, vencer las pasiones y apetitos libidinosos. Escucha las trompetas córneas: Si habéis resucitado con Cristo, dice el Apóstol, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios; gustad las cosas de arriba, no las de la tierra15. ¿Qué significa: Buscad las cosas de arriba? Elevaos por encima de la carne, no penséis en las cosas carnales. No eran todavía cornetas a quienes aún hablaba de esta manera, y les decía: Hermanos, no pude hablaros como a personas espirituales, sino como a carnales. Como a niños en Cristo os di a beber leche, no alimento sólido; porque no podíais comerlo; pero ni ahora tampoco podéis, pues sois todavía carnales. Luego no eran todavía cornetas, porque no habían superado la carne. El cuerno está unido a la carne, pero la supera; y aunque surge de la carne, está por encima. Por eso, si de carnal te has hecho espiritual, con tu cuerpo carnal pisas la tierra, y con el espíritu estás enfocado hacia al cielo. Caminamos —dice— según la carne; pero nuestro combate no es según la carne16. No pasemos por alto, hermanos, lo que les dijo el Apóstol a ciertos cristianos. ¿Qué les dijo para probarles que eran carnales y seguían sintiendo carnalmente; y que aún no eran trompetas córneas? Cuando entre vosotros se dice: Yo soy de Pablo; y otro dice: yo de Apolo, yo de Cefas; ¿No estáis siendo carnales, y comportándoos de un modo puramente humano? Porque ¿Qué es Apolo, y qué es Pablo? Ministros de Dios, por obra de los cuales habéis creído. Yo planté, Apolo regó; pero el crecimiento es obra de Dios17. Quiere que se despeguen de la esperanza que habían puesto en el hombre, y que se eleven a las realidades espirituales de Cristo, para que puedan ser trompetas córneas, superando la carne. Hermanos, no ultrajéis a los hermanos que aún no ha convertido la misericordia de Dios. Sabed que cuando hacéis esto, estáis actuando según la carne. No es ésta la trompeta que deleita los oídos de Dios. La trompeta insultante lucha sin fruto. Que la trompeta de cuerno te enfrente contra el diablo, pero no contra tu hermano. Con clarines y al son de trompetas aclamad jubilosos al Rey y Señor.
8. [vv.7-9]. Después de haberos regocijado y exultado con clarines y al son de cornetas, ¿Qué es lo que sigue? Retumbe el mar y cuanto contiene. Hermanos, habiendo predicado los Apóstoles como clarines y cornetas, se conmovió el mar y se encrespó el oleaje; arreció la tempestad, se desencadenaron las persecuciones contra la Iglesia. ¿Cuándo retumbó el mar? Cuando se cantaba con júbilo, cuando se salmodiaba a Dios. Se deleitaban los oídos de Dios y se embravecían las olas del mar. Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y todos sus habitantes. Agítese el mar con las persecuciones. Aplaudan los ríos al unísono. Agítese el mar, y los ríos aplaudirán al unísono: surgen persecuciones y los santos se gozarán en el Señor. ¿Cómo aplauden los ríos con sus manos? ¿Qué es "aplaudir con las manos"? Alegrarse en las obras. Aplaudir es alegrarse, y "con las manos" equivale a hacerlo con las obras o por ellas. ¿Qué ríos aplauden? Los que Dios ha hecho ríos dándoles el agua que es el Espíritu Santo. Decía Jesús: Si alguien tiene sed, que venga y beba. El que cree en mí, de su entraña manarán ríos de agua viva18. Estos son los ríos que aplaudían con sus manos, que se alegraban de las obras, y bendecían a Dios.
9. Los montes exultarán en presencia del Señor, porque viene a juzgar la tierra. ¡Grandes, en verdad, estos montes! Viene Dios a juzgar la tierra, y se alegran. Porque hay montes que, cuando venga el Señor a juzgar la tierra, se pondrán a temblar. Porque hay montes buenos y montes malos. Los montes buenos son la sublimidad espiritual, y los malos son la hinchazón de la soberbia. Se alborozarán los montes a la vista del Señor, porque viene a juzgar la tierra. ¿Cuándo vendrá, y cómo vendrá? Viene a juzgar la tierra. Juzgará el orbe de la tierra con justicia y los pueblos con rectitud. Regocíjense, pues, los montes; él no juzgará injustamente. Si viniese, supongamos, algún hombre a juzgar, cuya conciencia no estuviera iluminada, deberían asustarse y temblar también los hombres inocentes, si esperan de él el premio de la alabanza y el reconocimiento, o bien temen el castigo de la condenación; pero cuando el que viene es el que no puede equivocarse, alégrense los montes, sí; alégrense con tranquilidad; serán iluminados por él, y no condenados. Alégrense, porque vendrá el Señor a juzgar el orbe de la tierra con rectitud; y si los montes justos han de alegrarse; los inicuos deberán de aterrarse. Pero todavía no viene, ¿Por qué han de atemorizarse? Que se corrijan y tendrán alegría. En tu mano está cómo deberás esperar la venida de Cristo. Precisamente retrasa su venida para no castigarte. Mira que aún no viene. Él está en el cielo; tú en la tierra; él retrasa su venida; tú no retrases tu decisión de ser buen cristiano. Su venida será hiriente para los crueles, y dulce con los piadosos. Mira a ver cómo eres ahora: si eres áspero, te es posible amansarte; si ya has adquirido la mansedumbre, alégrate ya de su futura venida. Porque eres cristiano. "Así es", afirmas. Creo, pues que oras y dices: Venga tu reino19. Estás deseando la venida de quien temes que venga. Corrígete, y así no rogarás en tu contra.