SALMO 80

Traductor: P. Miguel Fuertes Lanero, OSA

Sermón al pueblo

Hipona, 19 de octubre del 403

1. [v.1]. Me he decidido a hablaros sobre el presente salmo: que vuestro silencio ayude a mi voz, ya que a veces la tengo débil. Me dará fuerzas la atención de los oyentes, y el auxilio de quien me ordena que os hable. Este salmo tiene por título: Hasta el fin, por los lagares en la feria quinta. Salmo para Asaf. En un solo título se acumulan muchos misterios, de modo que el umbral del salmo dice ya el contenido. Al hablar de los lagares, ninguno de vosotros espere que voy a hablar sobre el pilón, la prensa, la viga y los cestos; puesto que tampoco habla de ellos el salmo, y por lo mismo más bien anuncia un misterio. Si algo parecido contuviese el texto del salmo, no faltaría quien juzgase que deberían tomarse los lagares al pie de la letra, y que no debía buscarse algo más, y que nada se consignó con sentido místico, significando algo sagrado, sino que diría que el salmo habla escuetamente de los lagares, y tú me quieres inducir a pensar no sé qué cosa. Cuando se leía el salmo, nada oísteis de los lagares. Tomad, pues, los lagares como el misterio de la Iglesia, que está actuando en nuestros días. En los lagares notamos tres cosas: el apisonamiento, del que se derivan otras dos: una que se recoge; otra que se arroja. En el lagar se realiza el apisonamiento, la comprensión y el estrujamiento. Mediante estas tres cosas se licúa ocultamente el aceite en la almazara, y el orujo se arroja sin más a tierra. Poned atención a este espectáculo, pues no le faltará a Dios algo que ofrecernos, y que debemos contemplar con gran alegría. ¿Por ventura habrá de compararse la locura del circo a este espectáculo? Ella pertenece a las heces, éste, en cambio, al aceite. Cuando oís decir insolentemente a los blasfemos que abundan las tribulaciones debido a los tiempos cristianos, y sabéis que les gusta decir esto, tened entendido que también las hubo en los tiempos antiguos, pero en los tiempos cristianos apareció el proverbio: ?Dios no llueve, es culpa de los cristianos?. En los primeros tiempos se dijo esto, y ahora también se dice: ?Llueve Dios, es culpa de los cristianos; pues si no llueve Dios, no sembramos. Si llueve Dios, no trillamos?. Se vuelven más soberbios, prefiriendo blasfemar antes que orar, cuando deberían rogar con más fervor e insistencia. Cuando recuerdan estas cosas, y se ponen a decir todo esto, con audacia, sin temor y con soberbia, no os perturbéis. Pensad que abunda la tribulación; tú sé aceite. Que insulten las negras heces en las tinieblas de la ignorancia; insulte arrojada a la intemperie del corral; tú licúate en la almazara dentro de ti, en tu corazón, donde el que ve en lo oculto te dará lo merecido1. La aceituna es agitada ciertamente por algunas tempestades en el árbol; sin embargo en él no es machacada por el apisonamiento de la prensa; por tanto juntamente pende del árbol lo que ha de ser recogido y lo que ha de ser arrojado. Pero tan pronto como ha llegado al lagar, y comienza el apisonamiento, se disciernen y separan ambas cosas; la una se recoge, y la otra se arroja. ¿Queréis conocer el poder de estos lagares? Os citaré una sola cosa, sobre la que comentan los que comentan los mismos que la ejecutan. ¡Cuántos robos, dicen, se dan en nuestros tiempos, cuántas tribulaciones de parte de los inocentes, cuántos despojos de cosas ajenas! Sin duda piensas en las heces, al poner la mirada en el robo de las cosas ajenas, pero no te fijas en el aceite, es decir, en el hecho de que también se dan las cosas propias a los pobres. Cierto que la antigüedad no estaba infectada de estos ladrones de cosas ajenas, pero tampoco tenía tales donantes de las suyas. Sé un tanto curioso contemplando el lagar, no veas sólo lo que fluye a la vista; hay algo más que encontrarás mirando con más atención. Investiga, escucha, reconoce cuántos hay que no realizan aquello que cuando lo oyó el joven rico de labios del Señor, se apartó triste de él. Pero muchos sí oyen el evangelio que dice: vete, vende cuanto posees y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el reino de los cielos, y luego ven y sígueme2. ¿No ves cuántos hacen esto? Son pocos, dices. Sin embargo, estos pocos son aceite; además, todos los que usan bien de las cosas que posen, pertenecen también al aceite. Reúnelos a todos, y verás llenas las zafras de tu Padre. Ves al ladrón que nunca habías visto; ves al desdeñador de sus propios bienes que jamás viste. Alaba el lagar. Se ha cumplido la profecía del Apocalipsis: Que el justo se haga más justo, y el sórdido ensúciese más todavía3. Contempla reflejados los lagares en esta sentencia: El justo justifíquese más, y el sórdido ensúciese más todavía.

2. ¿Y por qué dice: en la feria quinta del sábado? ¿Qué significado tiene esto? Vayamos a examinar la creación, por si allí encontramos algo que nos ayude a entender este misterio. El sábado es el día séptimo, en el que Dios descansó de todas sus obras4, y nos anuncia el gran misterio de nuestro futuro descanso de todas nuestras obras. La primera del sábado es el primer día de la semana, al que nosotros llamamos el día del Señor o Domingo. La segunda del sábado es el segundo día; y luego la tercera, que es el tercer día, y luego la cuarta feria, que es el día cuarto; y la quinta del sábado, el día quinto después del domingo; y luego la sexta del sábado, el día sexto; y luego el mismo sábado, que es el día séptimo. Fijaos a quiénes habla este salmo. A mí me parece que habla a los bautizados. Fue precisamente en el día quinto cuando Dios creó los animales de las aguas. En el día quinto, es decir, en la feria quinta del sábado dijo Dios: Produzcan las aguas reptiles y animales vivos5. Reflexionad vosotros, en quienes las aguas ya han producido una multitud de animales vivientes. Vosotros pertenecéis a los lagares; y en vosotros, a quienes produjeron las aguas, una cosa se licúa y otra se arroja. Hay muchos que no viven dignamente, conforme al bautismo que recibieron. ¡Cuántos bautizados prefieren hoy llenar el circo que esta basílica! ¡Cuántos bautizados construyen barracas en las aldeas, o no se lamentan de su construcción! También este salmo, en favor de los lagares y en la feria quinta, se canta para Asaf en la separación del apisonamiento y en el sacramento del bautismo. Asaf fue un cierto hombre llamado así, como lo fue Iditho, Coré y otros nombres que hallamos en los títulos de los salmos. Sin embargo, la interpretación del nombre anuncia un misterio de la verdad oculta. En realidad el significado latino de Asaf es ?asamblea?. Así que, por los lagares, en la quinta feria del sábado se canta al mismo Asaf; es decir, en favor del apisonamiento o tribulación que separa y se dirige a los bautizados y renacidos del agua, se canta el salmo al pueblo del Señor, reunido en asamblea. Leemos el título del umbral, y por él entendemos qué es lo que pretende para si en estos lagares. Si os place, pasemos a la misma casa de trabajo; es decir, inspeccionemos las interioridades del lagar mismo. Entremos, contemplemos, alegrémonos, temamos, apetezcamos, y huyamos; pues habéis de encontrar todas estas cosas en el interior de esta casa, en el texto mismo del salmo, cuando después de leerlo, comencemos, con la ayuda del Señor, a decir lo que él nos conceda.

3. [v.2]. Vamos ya. Vosotros, ¡oh Asaf!, asamblea del Señor, aclamad a Dios, nuestra fuerza. Vosotros, que estáis hoy reunidos, vosotros hoy, Asaf del Señor, ya que para vosotros se canta el salmo, pues se canta para Asaf: aclamad a Dios, nuestra fuerza. Algunos aclaman con gritos el circo; vosotros a Dios; otros aclaman con gritos a su embaucador; vosotros aclamad a Dios, vuestra fuerza. Hay algunos que aclaman al dios que es su vientre; aclamad vosotros a Dios, vuestra fuerza. Dad vítores al Dios de Jacob, puesto que vosotros también pertenecéis a Jacob; es más, sois Jacob, el pueblo menor al que sirvió el mayor6. Dad vítores al Dios de Jacob. Cuando no podáis expresaros con palabras, no por eso dejéis de clamar con júbilo. Si podéis explicaros con palabras, gritad; y cuando no podáis, aplaudid. Aquel a quien no le bastan las palabras, por la exuberancia del gozo, suele prorrumpir en gritos de júbilo: Dad vítores al Dios de Jacob.

4. [v.3]. Recibid el salmo y dad el tímpano. Recibid, y dad. ¿Qué significará recibid? ¿Y qué significará dad? Recibid el salmo y dad el tímpano. Dice el apóstol Pablo en una de sus cartas, reprendiendo y doliéndose de que nadie le manifestó nada en lo que se refiere al dar y al recibir7. ¿Qué significa esto, sino lo que en otro lugar claramente manifestó: Si nosotros hemos sembrado para vosotros bienes espirituales, ¿será mucho que recojamos de vosotros bienes carnales?8 Cierto que el tímpano, en cuanto hecho de cuero, pertenece a la carne. El salmo, por tanto, es espiritual, y el tímpano carnal. Por eso, pueblo de Dios, o asamblea de Dios, recibid el salmo y dad el tímpano: recibid bienes espirituales, y dad bienes materiales. Es esto lo que os he exhortado a hacer ante el altar del bienaventurado mártir (San Cipriano)a recibir los bienes espirituales, y a dar los carnales. Lo que, por ejemplo, se edifica ahora en el tiempo, es necesario para recibir los cuerpos o de los vivos, o de los muertos, pero en este tiempo que se va. Y después del juicio de Dios, ¿elevaremos todavía hacia el cielo estos edificios? Sin embargo, en este tiempo no podremos prescindir de aquellas cosas que nos ayudan a conquistar el cielo. Si sois ávidos para recibir las cosas espirituales, sed generosos para dar las materiales. Recibid el salmo, y dad el tímpano: recibid nuestra palabra, y ofreced vuestras obras.

5. El alegre salterio con la cítara. Recuerdo haberos explicado alguna vez a vuestra Caridad la diferencia entre el salterio y la cítara9. Los más atentos que lo recuerdan, ténganlo presente; los que no lo oyeron o no lo recuerdan, lo aprenderán. La diferencia entre estos instrumentos musicales, el salterio y la cítara, es que el salterio está construido de madera, con una concavidad colocada en la parte superior, por la que vibran y suenan las cuerdas; éstas se pulsan en la parte de abajo, y suenan arriba. La cítara está hecha también de madera, con su concavidad en la parte inferior. Por tanto el salterio parece que pertenece al cielo; y la cítara a la tierra. La predicación de la palabra de Dios es celestial. Pero si anhelamos las cosas celestes, no seamos perezosos para ejecutar las cosas terrenas, porque debemos tocar el alegre salterio pero junto con la cítara. Esto mismo se dijo arriba de otro modo: Recibid el salmo, y dad el tímpano; aquí en lugar de salmo se dice salterio, y en lugar de tímpano se dice cítara. Así pues, se nos amonesta aquí a responder con obras corporales a la predicación de la palabra de Dios.

6. [v.4]. Tocad la trompeta. Es decir, predicad con toda claridad y confianza; no tengáis miedo, como dice el profeta Isaías: Grita, y levanta como una trompeta tu voz10. Tocad la trompeta al comienzo del mes de la trompeta. Había un precepto de tocar la trompeta al comenzar el mes; y esto lo hacen materialmente hasta hoy los judíos, sin comprender su significado espiritual. El inicio del mes coincide con la luna nueva, y la luna nueva es la nueva vida. ¿Qué significa luna nueva? Ser en Cristo una nueva criatura11. ¿Y qué es tocad la trompeta al comienzo del mes de la trompeta? Predicad resueltamente y sin temor la nueva vida; no tengáis miedo al estrépito de la vida anterior.

7. [v.5]. Porque es un precepto para Israel y una decisión judicial par el Dios de Jacob. Donde hay un mandato, hay un juicio. Pues los que pecaron bajo la ley, por la ley serán juzgados12. Y el mismo dador del precepto, el Señor Jesucristo, el Verbo encarnado, dice: Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven se queden ciegos13. ¿Qué significa para que los que no ven, vean, y los que ven se queden ciegos, sino que los humildes sean exaltados, y los soberbios humillados, puesto que no han de quedarse ciegos los que ven, sino que los que piensan que ven, se convencerán de su ceguedad? Esto encierra en sí el secreto del lagar: para que los no ven, han de ver, y los que ven se quedarán ciegos.

8. [v.6]. Este testimonio lo ha puesto en José. Bien, hermanos, ¿qué significa esto? José significa crecimiento. Recordáis y sabéis que José, vendido a los egipcios, representa a Cristo pasado a los gentiles. Allí José, fue exaltado después de las tribulaciones14; Cristo es glorificado aquí después de los padecimientos de los mártires. Luego a José pertenecen más bien los gentiles, y por lo mismo les toca el crecimiento; ya que son muchos más los hijos de la abandonada, que los de la que tiene marido15. Esto lo estableció como testimonio en José al salir de Egipto. Mirad cómo aquí se significa la feria quinta del sábado: pues al salir José de la tierra de los egipcios, es decir, el pueblo acrecentado por José, atravesó el mar Rojo16. Y fue entonces cuando se produjo una multitud de animales vivientes. Ninguna otra cosa pronosticaba entonces el paso del pueblo por el mar, sino el tránsito de los fieles por el bautismo, como lo atestigua el Apóstol: No quiero, hermanos que ignoréis que todos nuestros padres estuvieron bajo la nube, y que todos atravesaron el mar Rojo, y que todos fueron bautizados en relación a Moisés en la nube y en el mar17. El paso por el mar únicamente simbolizaba el sacramento del bautismo; así como la consiguiente persecución de los egipcios, la muchedumbre de los delitos pasados. Ya veis unos evidentes misterios: los egipcios persiguen, acosan; así mismo los pecados acosan, pero hasta el agua. ¿Por qué tienes miedo, tú que no te has acercado todavía al bautismo, de venir al bautismo de Cristo, de pasar a través del mar Rojo? ¿Qué simboliza el mar Rojo? Consagrado por la sangre del Señor. ¿Por tienes miedo de venir a bautizarte? ¿Acaso te atormenta la conciencia de algunos gravísimos crímenes, y te martiriza el alma, diciéndote que fue tan enorme lo que perpetraste, que sólo te queda entregarte a la desesperación? Podrás tener miedo si queda en ti algún resto de los pecados, si quedó vivo alguno de los egipcios. Pero cuando hayas atravesado el mar Rojo, cuando hayas sido liberado de tus delitos con mano poderosa y brazo fuerte18, percibirás los misterios que no conocías; como también el mismo José, al salir de la tierra de Egipto, oyó una lengua que no conocía. Oirás una lengua que no conocías, la que ahora oyen y recuerdan, según lo atestiguan y experimentan los que la conocen. Oirás dónde debes tener el corazón, lo que entendieron ahora muchos, al hablar yo, y por eso han aclamado; otros muchos han permanecido en silencio, porque aún no han oído la lengua que no conocían. Que se den prisa, que pasen desde la otra orilla y aprendan la lengua que oyó José, y que no conocía.

9. [v.7]. Retiró su espalda de la carga pesada. ¿Quién retiró la pesada carga de su espalda, sino el que exclamó: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados?19 Esto mismo lo da a entender de otro modo. Lo que causaba la persecución de los egipcios, esto mismo lo causa el peso de los pecados. Retiró la pesada carga de su espalda. Y como si preguntases de qué carga, añade: Y sus manos trabajaron con cestos. En los cestos están simbolizados los trabajos serviles. Limpiar, estercolar, trasladar tierra, todo esto se hace con cestos; son trabajos serviles; porque todo el que comete pecado, se hace siervo del pecado; y cuando el Hijo os haya liberado, entonces seréis verdaderamente libres20. Con razón se tienen como cestos las cosas bajas y abyectas del mundo. Pero Dios también llenó los cestos de trozos de pan; y llenó doce cestos21, porque eligió lo despreciable de este mundo, para confundir a los poderos22. Pero cuando José servía con cestos, trasportaba en ellos tierra, porque hacía ladrillos. Sus manos sirvieron en el trabajo del cesto.

10. [v.8]. Me invocaste en la aflicción, y te libré. Reconózcalo toda conciencia cristiana, si atravesó con devoción el mar Rojo, y si con la fe de quien cree y de quien cumple, ha oído una lengua que no conocía, reconózcase escuchada en la tribulación. La gran tribulación era hallarse sobrecargada con el peso de los pecados. Y ¡cuánto se alegra la conciencia al verse liberada de ellos! Tú ya te bautizaste; la conciencia que ayer estaba agobiada, hoy está contenta. Has sido escuchado en la tribulación; acuérdate de tu angustia. Antes de acercarte al agua, ¡qué inquietudes soportabas, qué ayunos ofrecías, qué angustias llevabas en el corazón, que súplicas íntimas, piadosas y devotas elevabas en tu interior! Pero se dio muerte a tus enemigos; todos los pecados fueron borrados, porque en la tribulación me invocaste, y te libré.

11. Te he escuchado en lo escondido de la tempestad. No en la tempestad del mar, sino en la tempestad del corazón. Te he escuchado en lo escondido de la tempestad; te puse a prueba en el agua de la contradicción. En verdad, hermanos, en verdad, quien ha sido escuchado en lo escondido de la tempestad, debe ser probado en el agua de la contradicción. Así es, cuando haya creído, cuando haya sido bautizado, cuando haya comenzado a emprender el camino de Dios, cuando se haya preparado para licuarse en la almazara, y se haya separado claramente y públicamente de las heces, tendrá muchos perseguidores, muchos ultrajadores, muchos detractores, muchos que disuaden y amenazan como pueden, aterrorizando y abatiendo: todo esto es agua de contradicción. Así pienso que sucede hoy aquí, pues hay algunos, a quienes sus amigos pretendían arrastrar hoy al circo, y a no sé qué frivolidades de la festividad de hoy; pero quizá los primeros condujeron a la iglesia a los segundos. Pues bien, sea que los hayan traído a ellos, o no hayan podido ser arrastrados por ellos al circo, lo cierto es que fueron probados en el agua de la contradicción. No te avergüences de predicar lo que conoces, y de defender entre los blasfemos lo que has creído. Pues si hubieras sido escuchado en lo escondido de la tempestad, con el corazón se cree para la justificación. Y si hubieras sido probado en el agua de la contradicción, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación23. Y ¿cuánta es el agua de la contradicción? Ya casi se ha secado del todo. La sufrieron nuestros antepasados, pues cuando los gentiles se oponían a la palabra de Dios, cuando cruelmente hacían frente al misterio de Cristo, se turbaba el agua. La Escritura demuestra claramente en el Apocalipsis24 que las aguas son los pueblos, ya que allí, al contemplar muchas aguas, y preguntar qué representaban, se respondió que eran los pueblos. Luego nuestros antepasados soportaron el agua de la contradicción cuando las gentes bramaron, y los pueblos planearon cosas vanas, cuando se levantaron los reyes de la tierra, y los príncipes conspiraron contra el Señor y contra su Mesías, como canta otro salmo25 . Cuando bramaron las gentes, el león rugiente salió al encuentro de aquel fuerte varón, Sansón, que venía a tomar esposa extranjera, es decir, de Cristo, que descendió a tomar la Iglesia de entre las gentes. ¿Y qué hizo? Lo tomó, lo retuvo, quebrantó y descuartizó al león, se convirtió en sus manos como en un cabrito. ¿En qué se convirtió el pueblo rugiente, sino en un pecador debilitado? Quebrantada la ferocidad, ya no ruge el poder regio, ya no brama el pueblo gentil al encuentro de Cristo. Es más, en el mismo reino de los gentiles encontramos leyes a favor de la Iglesia, como panal de miel en la boca del león26. ¿Cómo he de temer ya el agua de contradicción, ya casi seca del todo? Ella está casi silenciosa, si la hez no contradice. Que los perversos extraños se ensañen cuanto quieran, ¡Ojalá que no les ayuden los malvados que son de los nuestros! Te presté atención en lo escondido de la tempestad, te he puesto a prueba en el agua de la contradicción. Recordáis que dijo de Cristo el anciano Simeón que estaba puesto para ser la ruina y el levantamiento de muchos, y como señal de contradicción27. Lo sabemos, lo vemos; se levantó el signo de la cruz, y sirvió de contradicción. Se contradijo la gloria de la cruz, pero la inscripción que se colocó sobre ella no fue destruida. En el título del salmo se dice: No destruyas la inscripción del título28. Este fue el signo de contradicción, pues los judíos dijeron a Pilato: No escribas Rey de los Judíos, sino que él dijo que era rey de los judíos. Fue vencida la contradicción; la respuestas fue: Lo que escribí, escrito está29. Te he escuchado en medio de la tempestad, y te he puesto a prueba en el agua de la contradicción.

12. [vv.9-10]. Todo lo que hemos oído desde el comienzo del salmo hasta este versículo, pertenece al aceite del lagar. Lo que falta del salmo nos ha de doler mucho, y con todo empeño debemos evitarlo; pues todo ello hasta el fin se refiere a la hez del lagar. Quizá no se interpuso en vano la pausa. Pero también es útil oír esto, a fin de que quien se ve ser óleo, se alegre; y el que se vea en peligro, procure no convertirse en las heces. Oye ambas cosas: ama una, y teme la otra. Escucha, pueblo mío, y hablaré y te interpelaré. No se dirige a un pueblo extraño, no interpela a un pueblo que no pertenece al lagar. Juzgad, dice, entre mí y mi viña30. Escucha, pueblo mío, y hablaré, y te interpelaré.

13. Si me oyeras, Israel, no habría en ti un dios reciente. El dios reciente es un dios temporal; nuestro Dios no es un dios reciente, exista desde la eternidad y durará eternamente; pues aunque nuestro Cristo es un hombre nuevo, sin embargo, es Dios sempiterno. ¿Qué hay antes del principio? Sin duda en el principio ya existía el Verbo, y el verbo era Dios; y este Cristo, nuestro Verbo se hizo hombre para habitar con nosotros31. Lejos de nosotros el que haya algún dios nuevo, reciente. Un dios nuevo es una piedra o un fantasma. Dios no es una piedra. Yo soy dueño, dice, del oro y de la plata. Con razón quiso nombrar estas cosas preciosas el que dijo: Los ídolos de los gentiles son oro y plata. Son algo grande porque son oro y plata; son cosas hermosas, preciosas, pero tienen ojos y no ven32. Esos dioses son los dioses nuevos. ¿Qué dios más reciente y nuevo que aquel que acaba de salir del taller del escultor? Es más, aunque se halle cubierto ya de viejas telas de araña, no siendo sempiternos, son nuevos. He dicho esto refiriéndome a los paganos. Pero hay por ahí un alguien que, tomando vanamente el nombre de su Dios y Señor, se hizo para sí a Cristo una criatura, impar y desigual al que lo engendró; le llaman Hijo de Dios, pero niegan que es Hijo de Dios. Si es Hijo único, es lo que es el Padre, y esto desde la eternidad; pero tú no sé que otra cosa has pensado en tu interior: has puesto un dios reciente. Otros se han creado un dios que lucha contra no sé qué caterva de tinieblas; que teme ser invadido y procura no corromperse. En parte, dices, se halla corrompido, para que pueda salvar el todo. Pero no lo conseguirá, ya que en parte está corrompido. Esto es lo que dicen los maniqueos, forjando en su corazón un dios nuevo. No es así nuestro Dios. No es así tu herencia, ¡oh Jacob!, sino el que hizo el cielo y la tierra es tu Dios, que no tiene necesidad de los buenos, ni teme a los malos.

14. Muchos herejes, junto con los paganos, se construyeron infinidad de dioses, se forjaron dioses sin cuento, y los colocaron, lo que es mucho peor, si no en los templos, en su corazón, haciéndose ellos templos de falsos y ridículos simulacros. Es una gran obra el quebrar interiormente estos ídolos y limpiar el lugar del Dios vivo y no nuevo. Todos éstos, pensando de una y otra manera, y forjándose dioses diversos, transformando por la falsedad, la fe misma, parece que disienten; pero ninguno de ellos se aparte del pensar terreno, y todos concuerdan en los mismos pensamientos carnales. La opinión es distinta, la vanidad es la misma. De ellos se dice en otro salmo: Coinciden en la vanidad33. Aunque por diversidad de pareceres no están acordes, por su común vanidad se unen. Y sabéis que la vanidad se halla detrás, ocupa el último lugar; por eso aquel que olvidando las cosas de atrás, es decir, la vanidad, se dirigió a lo de adelante, es decir a la verdad, camina en persecución de la corona de la suprema vocación de Dios en Cristo Jesús34. Luego éstos concuerdan en lo peor, aunque parezca que disienten entre sí. Por eso Sansón ató las colas de las zorras35. Las zorras representan a los insidiosos, y principalmente a los herejes, mentirosos y fraudulentos, que engañan y se ocultan en antros cavernosos, y que hieden con detestable y putrefacto olor. Contra este hedor, dice el Apóstol: Nosotros somos en todo lugar el buen olor de Cristo36. Estas zorras están citadas en el Cantar de los Cantares, donde se escribe: Cazadnos las pequeñas zorras que nos destrozan las viñas y se esconden en cavernas tortuosas37. Cazadnos: convencednos. Tú cazas a aquel que convences de la falsedad. Contradicen las zorras al Señor, y le dicen: ¿Con qué potestad haces estas cosas? A lo cual les replicó Jesús: Respondedme también vosotros a una pregunta: El bautismo de Juan, ¿de dónde proviene: del cielo o de los hombres? Suelen las zorras tener unos escondites tales, que entran por un sitio y salen por otro. Pero el cazador colocó la red en ambas salidas. Decidme: ¿Procede del cielo o de los hombres? Ellas discurren entre sí: Si decimos que procede del cielo, nos contestará: Entonces ¿por qué no le habéis creído? Porque él dio testimonio de Cristo. Y si decimos que de los hombres, nos apedreará el pueblo, porque le tienen por profeta. Comprendiendo que serían cazados por un lado y por otro, respondieron: No lo sabemos. Y el señor les contesta: Pues yo tampoco os responderé con qué poder hago esto38. Vosotros decís que ignoráis lo que sí sabéis. Pues yo no os contesto a vuestra pregunta. Y como no os atrevisteis a salir por parte alguna, habéis permanecido en vuestras tinieblas. Pongamos por obra, si es posible, la palabra de Dios, que nos dice: Cazadme las pequeñas zorras que nos destrozan las viñas. Veamos si nosotros podemos cazar a ciertas zorras. Pongamos las redes a ambas salidas de la madriguera, para que al querer escapar de ella, sean cazadas. Así pues, interroguemos y digamos al maniqueo que se forja un dios nuevo, y que coloca en su corazón lo que no existe: ¿La sustancia de Dios es corruptible, o incorruptible? Elige lo que quieras, sal por donde desees; no escaparás. Si dices que es corruptible, serás apedreado, no por pueblo, sino por ti mismo. Y si dices que Dios es incorruptible, ¿cómo lo incorruptible teme a la gente de las tinieblas? ¿Qué va a hacer al incorruptible la raza de corrupción? ¿Qué resta, sino decir: No lo sabemos? A pesar de todo, si eso se dice sin dolo, por verdadera ignorancia, no permanecerá en tinieblas. De zorra se convertirá en oveja; crea al invisible, al incorruptible Dios único, no al reciente, sino al solo, porque es él sólo; y no al sol (soli) por ser sol, para que no parezca que hemos abierto otra caverna a la zorra que huye. Pero tampoco tengamos miedo de nombrar al sol. De hecho está en nuestras escrituras la frase: Sol de justicia, y la salud está bajo sus alas39. Se apetece la sombra protegiéndose del fuego de este sol; se huye del fuego de este sol, amparándose bajo sus alas. Por eso la salud se halla bajo sus alas. Este es el sol del que han de decir los impíos: Nos hemos apartado del camino de la verdad, y la luz de la justicia no nos iluminó, y no nació el sol para nosotros40. Los adoradores del sol han de decir: No nació para nosotros el sol; pues aunque adoren el sol que hizo brillar el Señor sobre buenos y malos41, no nació para ellos el sol que ilumina únicamente a los buenos. Se forjan a su antojo dioses nuevos. ¿Qué impide en el taller de un corazón engañado fabricar fantasmas a capricho. Como veis, todos éstos están de acuerdo en lo posterior, es decir, se hallan prisioneros de la misma vanidad. De aquí que nuestro Sansón, cuyo nombre significa ?el sol suyo?, es decir de aquellos a quienes ilumina, pero no el de todos, como lo es el sol que sale sobre buenos y malos; sino un sol de algunos; sol de justicia, ya que prefiguraba a Cristo, amarró, como había comenzado a decir, las colas de las zorras, y a ellas ató fuego; fuego para incendiar, pero la mies de los extranjeros. Por tanto, poniéndose éstos de acuerdo en las cosas posteriores, como atados por la cola, llevan detrás de sí el fuego devastador; pero no incendian nuestras mieses. Porque Dios conoce quiénes son los suyos; apártese de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor. En una casa grande no sólo hay vasos de oro y plata, sino también de madera y de barro; unos para usos nobles y otros para usos viles. Si alguien se purifica de estas cosas, será un vaso de honor, útil al Señor y dispuesto a toda obra buena42, y, por tanto no teme las colas ni las teas de las zorras. Pero veamos ya lo que se dice de este pueblo: Si me oyes, dice, no habrá en ti un dios nuevo. Me impresiona que dice en ti; pues no dijo: ?ante ti? como un ídolo colocado externamente; sino: en ti, en tu corazón, en las imágenes de tu fantasía, en la farsa de tu error llevarás contigo a tu dios nuevo, permaneciendo tú viejo. Pero si me escuchas a mí a mí, dice, porque yo soy el que soy43no habrá en ti un dios nuevo, ni adorarás a un dios extraño. Porque si en ti no está, no adorarás a un dios extranjero: Si tú no piensas en un dios falso, no adorarás a un dios fabricado: Pues no habrá en ti un dios reciente.

15. [v.11]. Yo soy. ¿Por qué quieres adorar lo que no existe? Yo soy el señor tu Dios, porque yo soy el que soy. Y yo soy ciertamente el que existe sobre toda criatura; Y a ti, en realidad, ¿qué te proporcionado temporalmente? Te he sacado de la tierra de Egipto. Estas palabras no van dirigidas únicamente a aquel pueblo. En realidad, todos hemos sido liberados de la tierra de Egipto, todos hemos atravesado el mar Rojo, y nuestros enemigos, que nos perseguían, perecieron en sus aguas. No seamos ingratos a nuestro Dios; no nos olvidemos del Dios que permanece, y fabriquemos en nosotros un dios nuevo. Yo de saqué de la tierra de Egipto, habla Dios. Abre tu boca, que yo la llenaré. Tú sufres en tu interior por causa del dios nuevo que has colocado en tu corazón. Rompe ese inútil simulacro, arroja de tu conciencia el falso ídolo: abre tu boca confesando, amando, y yo la llenaré, porque en mí está la fuente de la vida44.

16. [v.12]. Esto es lo que dice el Señor; ¿Y qué más sigue? Y mi pueblo no escuchó mi voz. No diría estas cosas más que a su pueblo; pues sabemos que cuanto dice la ley, lo dice a los que están dentro de la ley45. Y mi pueblo no escuchó mi voz; e Israel no me prestó atención. ¿Quién? ¿A quién? Israel a mí. ¡Oh alma ingrata! Alma creada por mí; alma a la que yo he llamado; a la que yo he devuelto la esperanza; a la que yo he purificado de sus pecados. E Israel no me prestó atención. Son bautizados y pasan por el mar Rojo; pero en el camino murmuran, se oponen, se quejan, promueven sediciones, se muestran desagradecidos con el que los libró de los enemigos que los perseguían, el que los condujo por camino seco, los guió por el desierto, dándoles de comer y beber, protegiéndoles con la nube luminosa durante la noche, y con la sombra durante el día. E Israel no me hizo caso.

17. [v.13]. Y los abandoné a las inclinaciones de su corazón obstinado. He aquí el lagar; lo han perforado por varias partes: por él corren las heces. Y los he dejado libres, no según la salvación de mis preceptos, sino según los caprichos de su corazón. Los entregó a si mismos. Dice el Apóstol: Dios los entregó a las apetencias de su corazón46. Y los dejé libres, según las inclinaciones de su corazón; andarán según sus caprichos. De esto es de lo que debéis horrorizaros, si habéis sido licuados en las ocultas almazaras del Señor, y comenzasteis a aficionaros de sus despensas: de esto sí debéis horrorizaros.Unos se entusiasman por el circo, otros por el anfiteatro, otros por las casas de campo, otros por los espectáculos teatrales, unos por esto, otros por lo otro; y finalmente quienes se aficionan por sus dioses recientes. Andarán según sus caprichos.

18. [vv.14-15]. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo, y caminase Israel por mis caminos! Dice quizá este Israel: Yo peco, es evidente; voy en pos de los caprichos de mi corazón; Pero ¿yo qué mal hago? Es el diablo quien lo hace; esto lo hacen los demonios. ¿Quién es el diablo, quiénes son los demonios? Sin duda tus enemigos. Si Israel hubiera andado por mis caminos, en un momento humillaría a todos sus enemigos. Luego ojalá me escuchase mi pueblo. ¿Por qué mío, si no me hace caso? Ojalá me escuchase mi pueblo. ¿Y cuál es mi pueblo? Israel. ¿Qué significa: me hubiera escuchado? Que hubiera andado por mis caminos. Se lamenta y gime bajo sus enemigos: En un instante habría humillado a sus enemigos, y volvería mi mano contra sus adversarios.

19. [v.16]. Y ahora, ¿por qué se quejan de los enemigos? Ellos mismos se han hecho sus peores enemigos. ¿Cómo ha sido esto? ¿Qué dice el texto siguiente? Os quejáis de vuestros enemigos; y vosotros ¿qué sois? Los enemigos del Señor le han mentido. ¿Renuncias [al pecado]? Sí, renuncio. Pero vuelve a cometer lo que había renunciado. ¿A qué cosas renuncias, sino a las obras malas, a los actos diabólicos, a los hechos condenados por Dios, al hurto, a la rapiña, al perjurio, al homicidio, al adulterio, a los sacrilegios, al desprecio de las cosas sagradas, a las malvadas curiosidades? Renuncias a todas estas cosas, pero de nuevo eres vencido por ellas, y recaes nuevamente. Lo último te ha resultado peor que lo primero, cumpliéndose aquel adagio: El perro se volvió a su vómito, y la cerda se lavó revolcándose en el cieno47. Los enemigos del Señor le han mentido. ¡Cuánta paciencia tiene el Señor! ¿Y por qué no son abatidos, por qué no son despedazados, por qué no se abre la tierra y se los traga? ¿Por qué no baja fuego ardiente del cielo y los abrasa? Porque la paciencia del Señor es muy grande. ¿Quedarán, entonces, sin castigo? De ninguna manera. No llega a ser tan condescendiente la misericordia de Dios, que se pueda esperar de él la injusticia. ¿No sabes que la paciencia de Dios te lleva a la penitencia? Pero tú, conforme a la dureza de tu corazón, y con un corazón impenitente, atesoras ira para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios, el cual da a cada uno según sus obras48. Y si ahora no lo da, lo dará entonces. Porque si lo da ahora, lo da temporalmente; pero al no convertido, ni corregido, lo dará eternamente. Fíjate, pues, que no van a quedar impunes; mira lo que sigue: Los enemigos de Dios le han mentido. Y tú dirás: ¿Y qué les hizo? ¿No siguen viviendo? ¿No respiran el aire? ¿No disfrutan de la luz? ¿No beben de las fuentes? ¿No comen los frutos de la tierra? Y llegará su tiempo, y será eterno.

20. Que nadie se sienta lisonjeado por pertenecer ya al lagar. Cierto que le es un bien ser aceite en el lagar. Pero que nadie se prometa la salvación si está cargado de hechos detestables, que excluyen del reino de Dios; ni tampoco se diga: Yo estoy marcado con el signo de Cristo y sus sacramentos, y no seré castigado eternamente, y si me purifico, me salvaré a través del fuego. Pues ¿qué dice el apóstol de aquellos que tienen el fundamento? Nadie puede poner otro fundamento fuera del ya puesto, que es Cristo Jesús. ¿Y qué sentido, dicen, tiene lo que sigue? Vea cada uno lo que edificó sobre ese fundamento. Uno edifica oro, plata, piedras preciosas; otro madera, heno, paja. La obra de cada uno se probará por el fuego. El día del Señor lo mostrará, porque se manifestará en el fuego. Si la obra de alguno, que edificó encima, permanece, recibirá la recompensa. Esto es porque edificó obras buenas sobre el fundamento, a saber, oro, plata, piedras preciosas. Si fue pecados lo que edificó, o sea, madera, heno, paja, no obstante, en atención al fundamento, él personalmente se salvará; pero como quien pasa por el fuego49. Hermanos, quiero ser muy tímido. Prefiero no daros una falsa seguridad. No puedo daros lo que no he recibido. Estoy lleno de temor. Os daría seguridad si yo estuviera seguro. Yo le tengo miedo al fuego eterno. En estas palabras: Y su tiempo será eterno, sólo percibo el fuego eterno, del que en otro lugar dice la Escritura: Su fuego no se extinguirá, y su gusano no morirá50. Pero alguno replicará: esto lo dijo de los impíos, no de mí, que, aunque sea pecador, adúltero, falsificador, ladrón y perjuro, mi fundamento es Cristo, soy cristiano, estoy bautizado, luego seré purificado por el fuego, y, gracias al fundamento, no pereceré. Dime otra vez, repítemelo. ¿Qué eres? Dices que cristiano. Bien, prosigue. ¿Qué más? Ladrón, adúltero, y todo lo demás de lo que dice el Apóstol: Los que se portan así no poseerán el reino de Dios51. Luego ¿esperas conseguir tú el reino de los cielos sin corregirte de tales hechos, sin hacer penitencia de tales crímenes que has cometido? No lo creo, porque quienes cometen tales pecados, no poseerán el reino de Dios. ¿Ignoras que la paciencia de Dios te invita a la penitencia? Tú, prometiéndote no sé cuántas cosas, atesoras según la dureza de tu corazón obstinado, la ira para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios, que paga a cada uno según sus obras. Pon atención, pues, al juez que viene. Muy bien; demos gracias a Dios. No calla la sentencia última y definitiva, No echa fuera a los reos y tiende un velo. Quiso anunciar con antelación lo que determinó hacer. A saber: Se congregarán ante él todas las naciones. ¿Y qué hará con ellas? Las separará. Y colocará unos a su izquierda, y otros a su derecha. ¿Acaso se reservará un lugar intermedio? ¿Qué dirá a los de su derecha? Venid, benditos de mi Padre; recibid el reino. ¿Y a los de la izquierda? Id al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles52. Si no temes el lugar adonde se te manda, mira en compañía de quién vas. Si todas aquellas obras enumeradas por el Apóstol no poseerán el reino de los cielos, mejor dicho, los que las realizan, puesto que tales obras no irán al fuego, ya que no han de arder en aquel fuego las acciones de hurtar, de adulterar, y por lo mismo, los hombres que obran tales cosas no poseerán el reino de Dios. Luegono estarán a la derecha con aquellos a quienes se dice: Venid, benditos de mi Padre, recibid el reino, ya que quienes ejecutan tales cosas no poseerán el reino de Dios. Y si no han de estar a la derecha, no les queda otra alternativa más que estar a la izquierda. Y a éstos ¿Qué les dirá? Id al fuego eterno, porque su tiempo será hasta la eternidad.

21. Explícanos, dirá alguno, cómo es que los que edifican madera, heno o paja sobre el fundamento, no perecen, sino que se salvan, aunque sea como pasando por el fuego. Oscura es esta cuestión, pero en cuanto pueda, lo diré brevemente. Hermanos, hay hombres que desprecian las cosas de este mundo, y que no hacen caso de todo lo que temporalmente se desliza; no tienen apego a las cosas terrenas; son santos, castos, continentes, justos, quizá venden todos sus bienes y los distribuyen entre los pobres; o, poseyéndolos todos, viven como si nada poseyesen, y disfrutan de este mundo como si no disfrutasen53. Y hay otros que se apegan un tanto por el afecto a las cosas que se les conceden, debido a su flaqueza; no roban la quinta ajena, pero aman de tal modo la propia, que si llegan a perderla, se angustian; no desean la mujer del prójimo, pero se unen a la suya, y cohabitan con ella, de manera que no guardan las normas prescritas en la moral matrimonial sobre la procreación de los hijos; no arrebatan lo ajeno, pero reclaman con urgencia lo suyo y entablan juicio al hermano; A éstos dice el Apóstol: Es ya un fallo vuestro que haya pleitos entre vosotros54. Si existen, ordena que se resuelvan en la Iglesia, y que no se llevan al foro; con todo, el Apóstol los llama delitos, ya que el cristiano contiende por las cosas terrenas más de lo que conviene a quien se promete el reino de los cielos. Y por ello no eleva todo su corazón al cielo, sino deja una parte en la tierra. En una palabra, si se presenta la prueba del martirio, aquellos que tienen el cimiento en Cristo, y edifican oro, plata y piedras preciosas, ¿qué dicen ante esa oportunidad? Para mí lo mejor es morir y estar con Cristo55, y por eso corren alegres, o al menos en poco o en nada se contristan por la terrena fragilidad. Por el contrario, los amantes de sus posesiones, de sus casas, se angustian gravemente, arden como madera, heno o paja. Éstos construyeron sobre el fundamento, sí, pero con madera, heno o paja; con cosas permitidas, no prohibidas. Esto os digo, hermanos: Posees el fundamento; adhiérete al cielo y pisotea la tierra. Si te comportas así, sólo edificas con oro, plata y piedras preciosas. Por el contrario, cuando dices: amo esta heredad, temo perderla, y ante el daño inminente te angustias, pero si ciertamente no la antepones a Cristo, puesto que de tal modo la amas, que si se te dijese si la prefieres a Cristo, aunque la perdieras entristeciéndote, sin embargo, te unes con más firmeza a Cristo, a quien estableciste por fundamento, entonces te salvarás, como a través del fuego. Escucha también esto otro: No podrás poseer esta propiedad, si no es dando un falso testimonio. Si te niegas a ello, estás poniendo a Cristo como fundamento, pues dice la Verdad: La boca que miente da muerte al alma56. Luego si amas tu propiedad, y por ella no cometes rapiña, ni profieres falso testimonio, ni cometes homicidio, ni por ella juras en falso, ni por ella niegas a Cristo; atendiendo a que no ejecutas estas cosas por ella, tienes a Cristo como fundamento. Sin embargo, porque la amas, y te acongojas si la pierdes, has colocado sobre el fundamento no oro, ni plata, ni piedras preciosas, sino madera, heno y paja. Así pues, cuando comience a arder lo que edificaste, te salvarás, pero como a través del fuego. No obstante, nadie que edifique sobre este fundamento adulterios, blasfemias, sacrilegios, idolatrías y perjurios, piense que va a salvarse a través del fuego, como si estas cosas fueran madera, heno y paja. Pero el que edifica el amor de lo terreno sobre el fundamento del reino de los cielos, es decir, sobre Cristo, al arder de las cosas temporales, él se salvará debido al consistente fundamento.

22. [v.17]. Los enemigos del Señor le han mentido, diciendo: Voy a la viña, y no fueron57; Y vendrá su tiempo, no por un período, sino por una eternidad. Y éstos ¿quiénes son? Y los alimentó con lo mejor del trigo. Conocéis lo mejor del trigo, con lo que fueron alimentados muchos enemigos que le mintieron. Les dio a comer la flor del trigo: les suministró sus sacramentos. Alimentó con la flor del trigo a Judas, cuando le dio a comer el bocado de pan58, y como enemigo del Señor, le mintió, y su tiempo durará eternamente. Y los alimentó con lo mejor del trigo, y los sació con miel de la piedra. ¡Oh ingratos! Los alimentó con lo menor del trigo y los saturó con la miel de la piedra. En el desierto de la piedra hizo brotar agua59, no miel. La miel es la sabiduría, que tiene la primacía de los alimentos del corazón. ¡Cuántos enemigos del Señor que le mintieron son alimentados por él, no sólo con lo mejor del trigo, sino también con la miel de la piedra, con la sabiduría de Cristo! ¡Cuántos se deleitan con su palabra y con el conocimiento de sus sacramentos; cuántos se deleitan en la explicación de sus parábolas, cuántos se alegran y cuántos claman! Pero esta miel no viene de cualquier hombre, sino de la piedra: y la piedra era Cristo60. Cuántos, sí, cuántos se sacian con esta miel, y exclaman diciendo: ¡Qué dulce es! No hay nada mejor, ni más dulce que se pueda pensar ni decir! Y sin embargo, los enemigos del Señor le han mentido. No quiero detenerme por más tiempo en cosas tan tristes. Aunque el salmo termina de un modo tan tremendo, os ruego, hermanos, que del final nos pasemos al principio: Aclamad a Dios, nuestra fuerza. Vueltos así a Dios.

Y después del sermón, añadió:

23. Por bastante tiempo los espectáculos divinos han contenido vuestro espíritu, y os han retenido a vosotros en el nombre de Cristo, no sólo por apetecer algunas cosas, sino también para huir de otras. Estos son espectáculos útiles, saludables, que edifican y no destruyen; mejor dicho, que destruyen y edifican; destruyen los dioses recientes, y edifican la fe en el Dios verdadero y eterno. Invito también a vuestra Caridad para el día de mañana. Según hemos oído decir, ellos tendrán mañana un ?maremagnum? en el teatro: tengamos nosotros el puerto en Cristo. Pero como pasado mañana, es decir, la feria cuarta del sábado [el miércoles], no podemos reunirnos junto al altar de S. Cipriano, por ser la festividad de los santos mártires, será mañana cuando nos reuniremos junto a su altar.