Sermón al pueblo
Hipona. Cuaresma del año 412
1. [v.1]. No hay muchas cosas en este salmo que presenten dificultad a mis palabras, ni al oyente atento ofrezcan obstáculos para ser comprendido. Por lo tanto, con el auxilio del Señor, y animados por el gusto de oír y ver lo que ya había sido profetizado y anunciado, como personas instruidas en la escuela de Cristo, debemos pasar de prisa por las partes que son fáciles de entender, porque si las difíciles exigen una explicación, a las fáciles les basta con la simple lectura. Se canta en este salmo sobre la venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y de su viña. Y el que aquí canta es aquel Asaf, según parece, iluminado y renovado, cuyo nombre, como ya sabéis, significa sinagoga. El título del salmo es: Hasta el fin, a favor de aquellos que serán cambiados; sin duda para mejor, puesto que Cristo es el fin de la ley1, y para eso vino, para cambiarnos y hacernos mejores. Y añade: Testimonio del mismo Asaf. ¡Magnífico testimonio de la verdad! En fin, este testimonio es de Cristo y de la viña, que equivale a la cabeza y al cuerpo, al rey y al pueblo, al pastor y al rebaño, y al misterio entero de todas las Escrituras, que son Cristo y la Iglesia. Concluye así el título del salmo: a favor de los asirios. Asirios significa ?los Dirigentes?. Que no exista una generación que no haya dirigido al bien su corazón2; sino que hay una generación que ya lo está enderezando. Oigamos, pues, qué dice en este testimonio.
2. [v.2]. Tú que pastoreas a Israel, escucha. ¿Qué significa: Tú que pastoreas a Israel, escucha; tú que guías como a ovejas a José? Se lo invoca, se lo espera, se desea que venga. Que encuentre, por tanto, dirigentes: Tú que conduces como ovejas a José: al mismo José como a las ovejas. José mismo es un rebaño y una oveja. Hemos oído el nombre de José, y el significado de su nombre puede ayudar mucho, ya que significa ?crecimiento?, y por eso vino él, para que, muerto el grano, el fruto se multiplique, es decir, para que aumentase el pueblo de Dios. Sin embargo, recordad lo que ya sabéis que le aconteció a José: que fue vendido por sus hermanos, que fue deshonrado por los suyos y exaltado por los extranjeros3, y así entenderéis en qué rebaño debemos situarnos, junto con aquellos que ya dirigen al bien su corazón, para que la piedra rechazada por los constructores, venga a ser la piedra angular4, uniendo las dos paredes que proceden de diversas direcciones, pero coinciden en el mismo ángulo. Tú que te sientas sobre querubines. Los querubines son el trono de la gloria de Dios, y significan la plenitud de la ciencia. Aunque, como sabemos, los querubines son los sublimes poderes y las virtudes de los cielos; no obstante, si quieres, tú podrás ser un querubín. En efecto, si el querubín es el trono de Dios, mira lo que dice la Escritura en el libro de la Sabiduría: El alma del justo es trono de la sabiduría5. ¿Cómo —me dirás— podré llegar a ser la plenitud de la ciencia? ¿Quién llegará a colmarme? Tienes cómo colmarte: Así dice el Apóstol: La caridad es la plenitud de la ley6. No andes ni divagues por muchos lugares. La difusión de las ramas te atemoriza; concéntrate en la raíz, y olvídate de la grandeza del árbol. Si en ti está el amor, inevitablemente llegará a ti la plenitud de la ciencia. Nada ignora el que conoce el amor, puesto que se dijo: Dios es amor7.
3. [v.3]. Tú que te sientas sobre querubines, muéstrate. Por eso andábamos errantes, porque no te mostrabas. Ante Efraín, Benjamín y Manasés. Muéstrate, sí, ante el pueblo judío, en presencia del pueblo de Israel; allí está Efraín, allí Manasés, y allí está benjamín. Pero veamos el significado de estos nombres: Efraín significa ?fructificación?; Benjamín ?el hijo de la derecha?; Manasés ?olvidado?. Sería, entonces: Muéstrate ante el que ha dado frutos, ante el hijo de la derecha, y ante el olvidado, para que ya no sea olvidado, sino que en su recuerdo estés tú, que lo has liberado. Porque si los gentiles han de acordarse, y se convertirán al Señor todos los confines de la tierra8, el pueblo descendiente de Abrahán ¿no va a tener su propia pared que confluya gozosamente en el ángulo, cuando está escrito: Los restantes serán salvados?9 Despierta tu poder. Pues eras débil, cuando se decía: Si es el Hijo de Dios, que baje de la cruz10. Parecías totalmente impotente; contra ti prevaleció el perseguidor, como ya habías prefigurado mucho antes, cuando el mismo Jacob, un hombre, venció en la lucha contra el ángel. ¿Cómo sería esto posible, si el ángel no lo hubiera permitido? Prevaleció el hombre, y fue vencido el Ángel; y el hombre vencedor retiene al Ángel y le dice: No te dejaré ir, a no ser que me bendigas. ¡Qué gran misterio! Se queda el vencido, y bendice al vencedor: vencido porque así lo quiso él: débil en la carne; fuerte en su majestad. Y lo bendijo diciéndole: Te vas a llamar Israel. Y le tocó el tendón de su muslo, y se paralizó. Con el mismo acto lo bendijo y lo dejó rengo11. Ya ves cómo ha claudicado el pueblo judío. Ved también allí la bendición a la estirpe de los Apóstoles. Despierta, pues, tu poder. ¿Hasta cuándo te mostrarás débil? Crucificado en tu debilidad, resucita por tu poder12. Despierta tu poder, y ven a salvarnos.
4. [v.4]. ¡Oh Dios!, conviértenos. Te hemos dado la espalda, y si tú no nos conviertes, no nos convertiremos. Ilumina tu rostro y seremos salvados. ¿Es que tiene el rostro oscurecido? No, su faz no está oscurecida, sino que le ha puesto la nube de la carne, algo así como un velo de debilidad: no fue reconocido [como Dios] cuando pendía de la cruz, pero sí lo será cuando esté sentado en el cielo. Así ha sucedido. Asaf no conoció a Cristo cuando estaba en la tierra y obraba milagros; pero una vez muerto, después que resucitó y ascendió al cielo, lo conoció; y se arrepintió; y pronunció sobre él todo este testimonio que ahora reconocemos en este salmo: Ilumina tu rostro y seremos salvados. Cubriste tu rostro y enfermamos: ilumínalo, y seremos salvados.
5. [v.5]. Señor, Dios de los ejércitos, ¿hasta cuándo estarás airado contra la oración de tu siervo? Se trata de tu siervo. Te enojabas contra la oración de tu enemigo, ¿y ahora te enojas contra la oración de tu siervo? Nos has convertido, te hemos reconocido, ¿y todavía te enojas contra la oración de tu siervo? Sí, te enojas, pero como un padre que corrige, no como un juez que condena. Cierto que te enojas, porque está escrito: Hijo, si te has puesto al servicio de Dios, permanece firme en la justicia y el temor, y prepara tu alma para la tentación13. No pienses que ya pasó la ira de Dios porque te convertiste; pasó, sí, pero para no condenarte eternamente. Pero flagela y no perdona, porque, como padre, castiga a todo el que recibe como hijo14. Si rehúsas ser castigado, ¿por qué deseas ser recibido? Castiga a todos el que no perdonó a su Hijo Único. No obstante, ¿Hasta cuándo estarás airado contra las súplicas de tu siervo? No ya de tu enemigo; sino que estarás airado contra la súplica de tu siervo. ¿Hasta cuándo?
6. [v.6]. Y así continúa: Nos alimentas con pan de lágrimas, y nos das a beber lágrimas a tragos [con medida]. ¿Qué significa con medida? Escucha lo que dice el Apóstol: Fiel es Dios, que no permitirá que seáis tentados más allá de vuestras fuerzas15. Esta es la medida: según tus fuerzas. Esta es la medida, para que te ejercites, no para que seas derrotado.
7. [v.7]. Nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos. Así sucedió. Porque de Asaf fueron elegidos los que habían de ir a los gentiles, y predicando a Cristo, les dijeron: ¿Quién es este predicador de nuevos demonios?16 Nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos. Pues predicaban al que era objeto de contradicción. ¿A quién predicaban? A Cristo, muerto y resucitado. ¿Quién podrá oír algo así? ¿Quién ha conocido esto? ¡Algo verdaderamente nuevo! Pero la predicación era acompañada con milagros, y lo increíble se hacía creíble por los milagros que hacían. Era objeto de contradicción, pero el contradictor era vencido, y de contradictor pasaba a ser creyente. Allí, no obstante, había grandes llamas; allí estaban los mártires, los alimentados con el pan de lágrimas, los que habían bebido lágrimas a tragos; pero con medida, no más allá de lo que podían soportar, para que después de la medida de lágrimas, le siguiera la corona de los gozos. Y nuestros enemigos se burlaron de nosotros. ¿Y dónde están los que se burlaron? Durante largo tiempo se estuvo diciendo: ¿Qué clase de gente es ésta, que dan culto a un muerto, y adoran a un crucificado? Así se estuvo comentando durante mucho tiempo. Pero ¿dónde están ahora las mofas de los que se burlaban? ¿Acaso los que nos contradicen no huyen ahora a las cavernas, para no ser vistos? Y nuestros enemigos se burlaron de nosotros.
8. [vv.8-9]. Pero mirad lo que sigue: ¡Señor, Dios de los ejércitos, conviértenos; muéstranos tu rostro y seremos salvados! Trasplantaste una viña de Egipto; arrojaste a los gentiles y la plantaste a ella. Lo sabemos, así ha sucedido. ¡Cuántas naciones fueron expulsadas! Los amorreos, los ceteos, los jebuseos, los guergueseos y los eveos. Habiendo sido éstos arrojados y derrotados, fue introducido el pueblo liberado de Egipto en la tierra de promisión. Hemos oído de dónde fue sacada la viña y adónde fue plantada. Veamos qué sucedió después: cómo creyó, cuánto creció y qué tierra ocupó. Trasplantaste una viña de Egipto; expulsaste a los gentiles, y la plantaste a ella.
9. [vv.10-12]. Abriste un camino delante de ella; plantaste sus raíces y ha llenado la tierra. ¿Habría llenado la tierra, si no se hubiera abierto un camino delante de ella? ¿Qué camino se abrió en su presencia? Yo soy, dice Jesús, el camino, la verdad y la vida17. Con razón llenó la tierra. Esto es lo que ahora se dijo de esta viña, lo cual llegará a su perfección hasta el fin. Pero antes ¿qué sucedió? Su sombra cubría las montañas, y sus pámpanos los cedros de Dios. Extendiste sus sarmientos hasta el mar, y sus retoños hasta el río. Estas palabras necesitan la explicación de un comentador, no basta con leerlas y admirarlas. Ayudadme con vuestra atención; porque suele suceder que la cita de esta viña en este salmo suele engendrar oscuridad en quienes están poco atentos. Efectivamente, la magnitud de esta viña ya os la he explicado: cuál es su origen, y cuál la causa de su grandeza. Abriste un camino delante de ella, plantaste sus raíces y cubrió la tierra: esto se refiere al período de su perfección. Sin embargo esta viña fue el primer pueblo judío. Su reino se extendía hasta el mar y hasta el río. Hasta el mar lo dice la Escritura18, expresando que tendrá el mar cercano, y también que se extenderá hasta el río Jordán. Parte de la nación judía se estableció al otro lado del Jordán, aunque la casi totalidad estaba del lado de acá. Así que el reino judío, el reino de Israel se extendió hasta el mar y hasta el río. Pero no de mar a mar, y del río hasta los confines de la tierra. Esta amplitud de la viña es la de su perfección que anuncia el salmo aquí, cuando dice proféticamente: abriste un camino ante ella, plantaste sus raíces, y llenó la tierra. Después de anunciarte su perfección, vuelve al principio, y declara desde dónde llegó a su perfección. ¿Quieres oír cuál fue su principio? Hasta el mar y hasta el río. ¿Quieres conocer su final? Dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra19; es decir: llenó la tierra. Pues bien, veamos el testimonio de Asaf; qué es lo que se hizo de la primera viña, y qué ha de esperarse de la segunda viña, mejor dicho, de la misma viña, ya que es la misma, no otra. De ella, de los judíos, ha salido Cristo, la salvación20; de ella, los Apóstoles, de ahí los primeros creyentes, y los que ponían a los pies de los Apóstoles el precio de sus posesiones21; de aquí salieron todos estos. Y si algunos de los ramos se desgajaron, fue por su incredulidad: pero tú, ¡oh pueblo de los gentiles!, permanece firme en la fe; no te engrías, sino teme; porque si Dios no perdonó a los ramos naturales, tampoco a ti te perdonará. Y si tú levantas la testuz, sábete que no eres tú quien sostiene la raíz, sino que la raíz te sostiene a ti22. ¿Y entonces? La viña, ante la cual se abrió un camino, para que llenara la tierra, ¿dónde estaba antes? Su sombra cubría las montañas. ¿Quiénes son las montañas? Los profetas. ¿Por qué los cubrió su sombra? Porque dijeron veladamente las cosas futuras que anunciaban. Tú oyes decir a los profetas: observa el sábado; en el octavo día circuncida al niño; ofrece sacrificios de carneros, de becerros y de machos cabríos; no camines en el día del sábado; cubriéronse de sombra los montes de Dios; después de la sombra vendrá la manifestación. Y sus pámpanos los cedros de Dios: es decir, los pámpanos cubrieron los cedros de Dios, altísimos, pero de Dios. Pues hay cedros que simbolizan a los soberbios, que hay que abatir. Esta viña, creciendo, cubrió los cedros del Líbano, las cumbres del mundo y los montes de Dios, es decir, todos los santos profetas y patriarcas.
10. [v.13]. Pero ¿hasta dónde extendiste sus pámpanos? Hasta el mar, y hasta el río sus sarmientos. Y después, ¿qué? ¿Por qué has derribado su cerca? Ya veis destruida la nación judía; lo habéis oído ya en otro salmo: Con hachas y con mazas la han derribado23. ¿Cómo habría podido suceder esto, si no hubiera sido derribada su cerca? ¿Y cuál es su cerca? Su fortificación, su baluarte. Pero ella se alzó soberbia contra el que la había plantado. Los viñadores maltrataron, flagelaron y asesinaron a los criados que les fueron enviados a cobrar los frutos. Vino también el Hijo único; y se dijeron los viñadores: Este es el heredero, venid, matémoslo y quedémonos con su herencia; lo mataron, y lo arrojaron fuera de la viña24. Arrojado afuera, consolidó más el dominio de donde había sido expulsado. Así amenaza por el profeta Isaías: Derruiré su cerca. ¿Por qué? Estuve esperando que produjera uvas, y produjo espinas; esperé de allí el fruto, y encontré el pecado. ¿Por qué te preguntas, ¡Oh Asaf!: Por qué has derribado su cerca? ¿Es que tú no sabes por qué? Responde Isaías: Esperé que hiciese justicia, y lo que hizo fue iniquidad25. ¿Cómo no iba a ser destruida su cerca? Al ser destruida, vinieron los gentiles, invadieron la viña y asolaron el reino de los judíos. Es esto lo primero que lamenta, pero no sin esperanza. Pues ya habla sobre el encauzamiento del corazón, es decir, el salmo canta a favor de los asirios, de los dirigentes. ¿Por qué has derribado su cerca, y la vendimian todos los transeúntes? ¿Qué significan: los transeúntes? Los que dominan temporalmente.
11. [v.14]. La ha devastado un jabalí de la selva. ¿Qué nos quiere decir jabalí de la selva? Los judíos reprueban al puerco, y en él simbolizan la impureza de los gentiles. La nación judía fue destruida por los gentiles, pero el rey que la destruyó no fue sólo un inmundo puerco, sino un jabalí. Pues ¿qué es el jabalí, sino un puerco feroz, un puerco soberbio? La ha devastado un jabalí de la selva. De la selva, es decir, de la gentilidad. Ella era una viña, y los gentiles eran la selva. Pero cuando los gentiles abrazaron la fe, ¿qué se dijo? Entonces se alegrarán todos los árboles de las selvas26. La ha devastado un jabalí de la selva, y una fiera solitaria la devoró. ¿Qué significa: fiera solitaria? El mismo jabalí que la desoló es la fiera solitaria. Solitaria por ser soberbio. Todo soberbio dice así: ¡Soy yo, soy yo, y nadie más!
12. [vv.15-16]. ¿Y qué fruto dio todo esto? ¡Dios de los ejércitos, vuélvete! Aunque hayan sucedido estas cosas, ¡vuélvete! Mira desde el cielo, fíjate, y ven a visitas esta viña, Cuida y perfecciona la que tu diestra plantó. No plantes otra; perfecciona ésta. Porque ella es la descendencia de Abrahán; es la descendencia en la que serán benditas todas las generaciones27. Ahí está la raíz que sostiene el acebuche injertado. Lleva a la perfección esta viña que tu diestra plantó. Pero ¿dónde la perfeccionará? Y sobre el hijo del hombre, a quien afianzaste para ti. ¿Qué cosa hay más clara? ¿Por qué esperáis todavía que, discutiendo, aclaremos, y no, más bien, que admirando exclamemos junto con vosotros: Perfecciona esta viña que tu diestra plantó, y perfecciónala sobre el hijo del hombre? ¿Sobre qué hijo del hombre? El que afianzaste para ti. ¡Qué gran firmamento! ¡Edifica cuanto puedas! Pues nadie puede poner otro cimiento fuera de aquel que ya está puesto, Jesucristo28.
13. [v.17]. Lo inflamado por el fuego, y lo que han talado perecerá por la amenaza de tu rostro. ¿Cuáles son las cosas inflamadas por el fuego y las taladas, que perecerán por la amenaza de tu rostro? Tratemos de entender qué cosas están incendiadas, y cuáles taladas. ¿Qué fue lo que Cristo reprochó? Los pecados: por la reprensión de su rostro, se desvanecieron. ¿Y por qué los pecados son las cosas ardientes al fuego y las taladas? Todos los pecados producen dos efectos en el hombre: la pasión y el temor. Pensad, discutid, preguntad a vuestros corazones; escudriñad vuestras conciencias, mirad a ver si puede haber pecados que no estén acompañados de la pasión o del temor. Para que peques se te ofrece una, digamos, recompensa, es decir, algo que te deleita; lo haces porque te apetece. Pero tal vez no te seduce esa recompensa, sino que estás temeroso por las amenazas. Lo haces porque tienes miedo. Alguien, por ejemplo, te quiere corromper para que des un falso testimonio. Son innumerables las situaciones, pero os presento los casos más claros, y de ellos podéis deducir los demás. Tú has escuchado a Dios, y te dijiste en tu intimidad: ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?29 No me dejo llevar por el premio. No me mueve el incentivo de la dádiva a perder mi vida por la ganancia de un dinero. He aquí cómo te hace sentir el miedo; el que no pudo corromperte con una recompensa, empieza a amenazarte con algún daño: el rechazo, la tortura, y quizá la muerte. Si en este caso la pasión no logró vencerte, tal vez consiga el temor que peques. Si recordaste el pasaje de la Escritura contra la codicia: ¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si arruina su vida?, recuerda también contra el temor este otro testimonio: No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma30. Todo el que quiera matarte, podrá hacerlo en cuanto al cuerpo, pero no en cuanto al alma. Tu alma no muere si tú no quieres matarla. Que la ajena maldad eche a perder tu cuerpo, mientras la verdad conserve tu alma. Si te apartas de la verdad, ¿qué mayor mal te podrá hacer tu enemigo del que tú mismo te haces? El enemigo, furioso, puede matar tu cuerpo, pero tú, con un falso testimonio, matas tu alma. Escucha la escritura: La boca que miente mata el alma31. Así pues, hermanos míos, el amor y el temor llevan a toda buena obra y a todo pecado. Para obrar bien, amas a Dios y temes a Dios; para obrar mal, amas al mundo y temes el mundo. Diríjanse estas dos cosas al bien. Amabas la tierra: ama ahora la vida eterna. Temías la muerte: teme el infierno. Por mucho que te hubiera prometido el mundo, cuando eras malo, ¿te podrá dar, acaso, cuanto te va a dar Dios, siendo tú bueno? Y por más que te amenace el mundo, siendo tú justo, ¿te podrá causar más daño, si eres perverso, que el mal que te reserva Dios? ¿Quieres ver lo que te va a dar Dios si vives con justicia? Venid, benditos de mi Padre, recibid el reino que os está preparado desde el principio del mundo. ¿Y quieres saber lo que hará con los malvados? Id al fuego eterno, que se preparó para el diablo y sus ángeles32. Con razón tú sólo quieres que te vaya bien, puesto que en lo que amas, quieres que te vaya bien, y en lo que temes, no quieres que te vaya mal, pero no buscas el bien donde debe ser buscado. Te afanas, porque no quieres padecer pobreza, y quieres vivir cómodamente; bueno es lo que quieres, pero soporta lo que no quieres para conseguir lo que quieres. Por lo tanto, el rostro de aquel que borra los pecados, ¿qué hará? ¿Cuáles son los pecados inflamados por el fuego y talados? ¿Qué había hecho tu amor malo? Había encendido como un fuego. ¿Y qué había hecho el mal temor? Había como cavado una fosa. El amor, en efecto, inflama; el temor humilla; por eso los pecados del amor malo son talados o socavados. El temor bueno también humilla, lo mismo que inflama también el amor bueno, pero de distinta manera. El viñador, intercediendo para que no fuese arrancado el árbol que no daba frutos, dice: le cavaré a su alrededor, y echaré un cesto de abono33. El cavar simboliza la piadosa humildad, y el cesto de abono las obras de penitencia. Sobre el fuego del buen amor dice el Señor: Vine a traer fuego a la tierra34. Enciéndanse con este fuego los fervorosos de espíritu, y los enardecidos en el amor a Dios y al prójimo. Por lo tanto, así como todas las obras buenas se ejecutan por el amor y el temor buenos, así también se cometen todos los pecados por el mal amor y el mal temor. Luego, inflamados por el fuego, y talados todos, a saber, los pecados, perecerán por la amenaza de tu rostro.
14. [vv.18-20]. Pon tu mano sobre el hombre de tu derecha, y sobre el hijo del hombre que te has afianzado. Y no nos apartaremos de ti. ¿Hasta cuándo seguirá siendo esta generación depravada y provocativa, sin enderezar al bien su corazón?35 Que diga Asaf: Se dé a conocer tu misericordia; pórtate bien con tu viña, perfecciónala, porque la ceguera le vino a una parte de Israel, hasta que entre [en la fe] la totalidad de los gentiles, y así todo Israel sea salvado36. Habiendo dado a conocer su rostro sobre el varón de tu derecha que tú fortaleciste, no nos separaremos de ti. ¿Hasta cuándo nos reprocharás? ¿Hasta cuándo nos estarás acusando? Haz esto: y no nos apartaremos de ti. Nos vivificarás, e invocaremos tu nombre. Tú serás amable con nosotros: nos darás la vida. Primero amábamos la tierra, no a ti; pero mortificaste nuestros miembros terrenos37. El Antiguo Testamento, al ofrecer promesas terrenas, parece aconsejar que no se adore a Dios gratuitamente; sino que se lo ame esperando algún don en la tierra. Pero dime, ¿qué amas, sin que no ames a Dios? Ama, si puedes, algo que él no haya creado. Echa una mirada al universo con todas sus criaturas. Mira a ver si alguna de ellas te atrapa codiciosamente, hasta impedirte amar a Dios; y fíjate a ver si no es algo creado por él lo que precisamente te hace dejarlo a un lado. ¿Por qué amas esas cosas, sino porque son hermosas? ¿Y podrán serlo tanto como el que las creó? Tú admiras todo esto porque a él no lo ves. Ama en lo que ves a quien no ves. Pregúntale a la criatura; si existe por sí misma, quédate en ella. Pero si es obra de Dios, únicamente es perjudicial a quien la ama, porque la antepone al Creador. ¿Por qué he dicho esto, hermanos? Por este versículo del salmo que estamos comentando. Estaban muertos los que rendían culto a Dios únicamente para alcanzar algún beneficio según la carne; pues el vivir según la carne es morir, como nos dice el Apóstol38, y muertos están los que no adoran a Dios gratuitamente, es decir, porque él es bueno, no porque nos da los bienes que da también a los que no son buenos. ¿Quieres recibir dinero de Dios? También lo tiene el ladrón. ¿Quieres una esposa, muchos hijos, salud corporal, honores mundanos? Fíjate cuántos malvados también lo tienen. ¿Es esto lo único por lo que das culto a Dios? Tus pies han dado un resbalón, pues creías que adoras a Dios gratuitamente, cuando te fijas en aquellas cosas que tienen los que no le dan culto39. Todas esas cosas las concede también a los malos; para los buenos, se reserva únicamente él mismo. Nos vivificarás, ya que estábamos muertos cuando nos apegábamos a las cosas terrenas. Estábamos muertos cuando llevábamos la imagen del hombre terreno. Nos vivificarás, nos renovarás, nos darás la vida del hombre interior. E invocaremos tu nombre, o sea, te amaremos. Tú serás el amado y dulce perdonador de nuestros pecados, tú serás el gran premio de los justificados. ¡Oh Señor Dios de los ejércitos, vuélvete a nosotros! Muéstranos tu rostro y seremos salvados.