EXPOSICIÓN PRIMERA DEL SALMO 32

Traducción: Miguel Fuertes Lanero, OSA

Revisión: Pío de Luis Vizcaíno, OSA

1. [v.1] Regocijaos, justos, en el Señor: regocijaos, justos, no en vosotros, pues esto no es seguro, sino en el Señor. A los rectos conviene la alabanza: alaban al Señor quienes se someten al Señor; pues si no lo hacen, son retorcidos y depravados.

2. [v.2] Alabad al Señor con la cítara: alabad al Señor, ofreciéndole como hostia viva vuestros cuerpos1. Con el salterio de diez cuerdas salmodiad para él: vuestros miembros sirvan al amor de Dios y del prójimo, con lo cual se cumplen los tres y los siete preceptos.

3. [v.3] Cantadle un cántico nuevo: cantadle el cántico de la gracia de la fe. Cantadle bien con júbilo: cantadle bien con alegría.

4. [v.4] Porque la palabra del Señor es recta: porque recta es la palabra del Señor, para hacer de vosotros lo que por vosotros mismos no podéis. Y todas sus obras están en la fe: no vaya alguien a creer haber llegado a la fe por los méritos de obras, cuando en la fe misma están todas las obras que ama Dios2.

5. [v.5] Él ama la misericordia y el juicio: pues ama la misericordia que ahora otorga, y el juicio por el que exige cuentas de lo que había otorgado. De la misericordia del Señor está llena la tierra: en todo el mundo se perdonan a los hombres los pecados gracias a la misericordia del Señor.

6. [v.6] Por la palabra del Señor han sido hechos firmes los cielos: pues los justos han sido hechos firmes no por sí mismos, sino por la palabra del Señor. Y por el espíritu de su boca toda la fuerza de ellos: y por su Santo Espíritu toda la fe de ellos.

7. [v.7] Reúne como en un odre las aguas del mar: reúne a los pueblos del mundo en la confesión del pecado, al que se ha hecho morir, para que no se descarríen a su aire por la soberbia. Pone en almacenes los abismos: y en ellos conserva sus secretos como se hace con los ricos tesoros.

8. [v.8] Tema al Señor toda la tierra: tema todo pecador, para que deje de pecar. Por otra parte, sean conmovidos por él: pero no por miedo a los hombres o a criatura alguna, sino por él sean conmovidos todos los que habitan el orbe.

9. [v.9] Porque él lo dijo y fueron hechas las cosas: porque ningún otro hizo las cosas que han de temer, sino que fue él quien lo dijo y fueron hechas. Él lo mandó y fueron creadas: él con su palabra dio la orden y fueron creadas.

10. [v.10] El Señor deshace los proyectos de las naciones, que buscan no el reino de él, sino los reinos suyos. Por otra parte, reprueba los planes de los pueblos, que ansían la felicidad terrena. Y reprueba los proyectos de los príncipes, que buscan dominar a tales pueblos.

11. [v.11] Pero el proyecto del Señor permanece para la eternidad: pero el proyecto del Señor, que hace feliz sólo al que se le somete, permanece para la eternidad. Los planes de su corazón por los siglos de los siglos: los planes de su sabiduría no son mudables, sino que permanecen por los siglos de los siglos.

12. [v.12] Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor: sólo hay una nación bienaventurada: la que pertenece a la ciudad celestial, que no escogió para sí a otro dueño que a su Dios. El pueblo que el Señor se escogió como heredad: esta ha sido elegida no por sí misma, sino por don de Dios, de modo que poseyéndola no permite que esté en barbecho y sea desdichada.

13. [v.13] Desde el cielo, el Señor se ha vuelto a mirar, ha visto a todos los hijos de los hombres: desde el alma justa ha visto misericordiosamente el Señor a todos lo que quieren renacer a la nueva vida.

14. [v.14] Desde su morada preparada: desde la morada de la asunción humana, morada que preparó para sí. Se ha vuelto a mirar a todos los que habitan la tierra: misericordiosamente ha visto a todos los que habitan la carne, para ponerse al frente de ellos y dirigirlos.

15. [v.15] El cual ha modelado uno por uno sus corazones: el cual ha otorgado espiritualmente a sus corazones dones personales, de manera que no todo el cuerpo fuese ojo, ni todo fuese oído3, sino que uno así y, en cambio, otro asá fuesen incorporados a Cristo. El cual entiende todas las obras de ellos: ante él están patentes todas sus obras.

16. [v.16] El rey no será hecho salvo mediante la cantidad de su fuerza: no será hecho salvo el que gobierna su ser carnal, si presume mucho de su fuerza. Ni el gigante será salvo mediante la cantidad de su fuerza: todo el que lucha contra la costumbre de su concupiscencia, o contra el diablo y sus ángeles, no será salvo si se confía mucho a su fortaleza.

17. [v.17] Engañoso es para la salvación el caballo: se engaña el que, entre los hombres, cree que va a encontrar la salvación por medio de hombres; y lo mismo el que piensa que con el ímpetu de su entusiasmo va a salir indemne de todas las desgracias. Pues bien, con la abundancia de su fuerza no será salvo.

18. [v.18] He ahí que los ojos del Señor están sobre los que le temen: porque, si buscas la salvación, he ahí que el amor del Señor está sobre los que le temen. Los que esperan en su misericordia: y los que esperan no en su fuerza, sino en la misericordia de él.

19. [v.19] Para arrancar de la muerte sus almas y alimentarlos en tiempo de hambre: para darles el alimento de la palabra y de la sempiterna verdad, que habían perdido, al presumir de sus fuerzas: llegan a carecer de ellas por el hambre que trae consigo la ausencia de la justicia.

20. [v.20] Nuestra alma esperará pacientemente al Señor: pues bien, para ser alimentados después con alimentos incorruptibles, entre tanto, mientras está aquí, nuestra alma esperará pacientemente al Señor. Porque él es nuestro ayudador y protector: es nuestro ayudador, mientras nos esforzamos por dirigirnos hacia él; y protector, mientras resistimos al adversario.

21. [v.21] Porque en él se alegrará nuestro corazón: en efecto, nuestro corazón se alegrará no en nosotros, donde, sin él, hay gran indigencia, sino en él. Y en su santo nombre hemos esperado: y hemos esperado que nosotros llegaremos a Dios, precisamente porque, mientras estamos ausentes, mediante la fe nos ha enviado su nombre.

22. [v.22] Tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como hemos esperado en ti: Señor, tu misericordia venga sobre nosotros, pues la esperanza no defrauda, porque hemos esperado en ti.