Revisión: Pío de Luis Vizcaíno, OSA
1. [v.1] De David mismo. Es la voz del mediador mismo, fuerte de mano en el combate de la pasión. Por otra parte, lo que parece desear a sus enemigos no es un deseo malévolo, sino la enunciación del castigo de estos. Lo propio acontece en el evangelio: Cristo no augura con malevolencia lo que dice a las ciudades que, aun habiéndoles hecho milagros, no le dieron crédito, sino que predice lo que está por caerles encima1.
2. [v.1—2] A ti, Señor, he gritado; Dios mío, no calles, separándote de mí. A ti, Señor, he gritado; Dios mío, no separes tu Palabra única de aquello por lo que soy hombre. Para que en ningún momento calles, separándote de mí, y yo me asemeje a los que bajan a la fosa: dado que la eternidad de tu Palabra no rompe su unión conmigo, ocurre que ya no soy un hombre como los demás, que nacen para la profunda miseria de este mundo, donde no llega a conocerse tu Palabra, hecho equiparable al silencio por tu parte. Escucha la voz de mi súplica mientras te ruego, mientras levanto mis manos hacia tu templo santo: mientras soy crucificado para la salvación de quienes, al creer, se convierten en tu templo santo.
3. [v.3] No arrebates juntamente con los pecadores mi alma, y no me hagas perecer con los obradores de iniquidad; con los que hablan de paz con su prójimo, con los que me dicen: Sabemos que has venido de parte de Dios como maestro2. Y maldades en sus corazones: pero hablan maldades en sus corazones.
4. [v.4] Dales según sus obras: dales según sus obras, porque esto es justo. Y según la malignidad de sus maquinaciones: pues al andar urdiendo maldades se hallan incapacitados para hallar el bien. Dales según las obras de sus manos: aunque lo que hayan hecho contribuya a la salvación de los demás, dales según las obras de su voluntad. Págales su merecido: porque a cambio de la verdad que oían, quisieron pagar con falacia, su falacia los engañe.
5. [v.5] Porque no han penetrado con la inteligencia en las obras del Señor: ¿y qué evidencias hay de que les ha ocurrido lo dicho? Lo que sigue: Porque no han penetrado con su inteligencia en las obras del Señor: no hay duda, en efecto, de que esta fue su paga: no conocer el plan con que el Padre envió como Dios encarnado al hombre que con ánimo torcido sometieron a prueba. Ni en las obras de sus manos: ni se sintieron afectados por las mismas obras visibles que se realizaron ante sus ojos. Los destruirás y no los edificarás: no me dañen en nada, y que ni siquiera tengan arrestos suficientes en su intento de planear nuevos asaltos contra mi Iglesia.
6. [v.6] Bendito el Señor, porque ha escuchado la voz de mi súplica.
7. [v.7] El Señor es mi ayudador y protector: el Señor me ayuda a soportar tantos sufrimientos y con la inmortalidad me protege al resucitar. En él esperó mi corazón y fui ayudado. Y refloreció mi carne, esto es, y mi carne resucitó. Y le confesaré con mi voluntad: consiguientemente, una vez superado el miedo a morir, sin sentir la coacción de la ley del temor, sino disponiendo de una voluntad libre ante la ley, le confesarán los que creen en mí. Y yo también le confesaré pues me encuentro entre ellos.
8. [v.8] El Señor es la fuerza de su pueblo: no se trata de aquel pueblo que ignora la justicia de Dios y quiere imponer la suya propia3. No se ha considerado fuerte por sí mismo, ya que el Señor es la fuerza de su pueblo en lucha con el diablo en medio de las dificultades de esta vida. Y protector de la salvación de su Cristo: para que al pueblo salvado por medio de su Cristo lo proteja, tras su resistencia en el combate, hasta el final con una paz que no muere.
9. [v.9] Salva a tu pueblo y bendice tu heredad. Por tanto, después que mi carne ha reflorecido, porque has dicho: Pídemelo y te daré las naciones como heredad4, te dirijo esta súplica: Salva a tu pueblo y bendice tu heredad, porque todo lo mío es tuyo5. Y guíalos y levántalos para siempre: guíalos en esta vida temporal y desde aquí levántalos a la eterna.