Revisión: Pío de Luis Vizcaíno, OSA
1. [v.1] Para el fin, para el octavo, salmo de David. Ya se dijo en el salmo sexto que por el octavo puede entenderse el día del juicio. «Para el octavo» puede entenderse también «para el siglo eterno», porque, después de este tiempo que se desarrolla en siete días, se dará a los santos.
2. [v.2] Ponme a salvo, Señor, porque faltó el santo, esto es, no se le encuentra, como hablamos cuando decimos: «Faltó trigo» o «faltó dinero». Porque las verdades menguaron entre los hijos de los hombres. Una sola es la verdad que ilumina a las almas santas; pero, porque las almas son muchas, puede decirse que en ellas hay muchas verdades, como a partir de una sola cara aparecen en los espejos muchas imágenes.
3. [v.3] Cada uno dijo a su prójimo frivolidades. Por prójimo es preciso entender todo hombre, porque no hay nadie con quien haya de hacerse el mal, y el amor al prójimo no hace el mal1. Labios embusteros en el corazón y en el corazón dijeron maldades. Lo que asevera dos veces, en el corazón y en el corazón, significa el corazón taimado.
4. [v.4] Aniquile el Señor todos los labios embusteros. Ha dicho todos, para que nadie se considere exceptuado, como dice el Apóstol: Contra toda alma de hombre que comete el mal, los judíos primero, también los griegos2. La lengua fanfarrona, lengua soberbia.
5. [v.5] Quienes dijeron: «Engrandeceremos nuestra lengua, nuestros labios están en nosotros, ¿quién es nuestro amo?». Se alude a los hipócritas soberbios, que en su palabra ponen la esperanza para embaucar a los hombres, y no se someten a Dios.
6. [v.6] Por la miseria de los menesterosos y el gemido de los pobres, me pondré en pie ahora, dice el Señor. De hecho, según el evangelio, así el Señor mismo sintió misericordia hacia su pueblo, porque no tenía guía, aunque podía obedecer bien. Por eso está dicho también en el evangelio: La mies es mucha; en cambio, los obreros, pocos3. Pues bien, aquello ha de entenderse respecto a la persona de Dios Padre, que se dignó enviar a su Hijo en atención a los menesterosos y pobres, esto es, los necesitados a causa de su penuria y pobreza de bienes espirituales. Por otra parte, su sermón en el monte comienza por ahí, en Mateo, cuando dice: Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos4.
Pondré en salvación. No ha dicho qué pondrá; pero «en salvación» hay que entenderlo «en Cristo», según aquello: Porque mis ojos han visto tu salvación5. Y, por eso, se entiende que puso en él lo que atañe a eliminar la miseria de los menesterosos y a consolar el gemido de los pobres. Obraré en él con aplomo, según aquello del evangelio: Pues les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los escribas de ellos6.
7. [v.7] Los dichos del Señor son dichos puros. Aquí habla el profeta mismo. Los dichos del Señor son dichos puros. «Puros» dice, sin la corrupción de la simulación, pues muchos predican la verdad de forma no pura, porque la venden al precio de las ventajas de este mundo. Acerca de tales individuos dice el Apóstol que proclamaban a Cristo de forma no pura7.
Plata examinada por fuego para la tierra: para los pecadores, esos dichos del Señor se comprueban mediante tribulaciones. Purificada siete veces: mediante el temor de Dios, la piedad, la ciencia, la fortaleza, el consejo, la inteligencia, la sabiduría8. Efectivamente, son también siete los grados de la felicidad, que el Señor expone en ese mismo sermón que, según Mateo, tuvo en la montaña: Dichosos los pobres en el espíritu, dichosos los mansos, dichosos los que lloran, dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, dichosos los misericordiosos, dichosos los de corazón limpio, dichosos los pacíficos9. Puede observarse que ese sermón prolijo fue pronunciado, entero, acerca de estas siete máximas. Efectivamente, la octava, donde está dicho «Dichosos los que sufren persecución por la justicia», alude a ese fuego mismo que siete veces comprueba la plata. Cuando este sermón se terminó, está dicho: Pues les enseñaba como quien tiene autoridad, no como sus escribas10. Esto tiene que ver con lo que está dicho en este salmo: Obraré en él con aplomo11.
8. [v.8] Tú, Señor, nos guardarás y nos custodiarás de esta generación y por siempre: aquí, cual a menesterosos y pobres; allí, cual a opulentos y ricos.
9. [v.9] Los impíos caminan en círculo, esto es, en el ansia de bienes temporales, que gira como una rueda, repetido el círculo de los siete días. Y, por eso, no llegan al octavo, esto es, al eterno, en razón del cual se da título a este salmo. Así se dice también mediante Salomón: Pues rey sabio es aventador de los impíos y les lanza la rueda de castigos12. Según tu sublimidad has multiplicado los hijos de los hombres. Porque también en lo temporal hay una multiplicación, que aleja de la unidad de Dios. De aquí, que el cuerpo que se corrompe embote al alma, y la habitación terrena a la mente que piensa muchas cosas13. En cambio, los justos se multiplican según la sublimidad de Dios, puesto que irán de virtud en virtud14.